Hong Kong conmemora 5 años de la Ley de Seguridad Nacional bajo escrutinio internacional

Hong Kong, 30 jun (EFE).- Hong Kong cumple un lustro bajo la Ley de Seguridad Nacional, impuesta por Pekín, en medio de críticas de organismos internacionales que denuncian restricciones a libertades y que apuntan a que la norma china ha sofocado el dinamismo político y cultural de la región semiautónoma.

 El 30 de junio de 2020, en respuesta a las masivas protestas prodemocráticas que sacudieron la excolonia un año antes, el Comité Permanente del Legislativo chino aprobó por unanimidad, en apenas 15 minutos, la Ley de Seguridad Nacional (NSL por sus siglas en inglés) para Hong Kong.

El presidente chino, Xi Jinping, firmó esa misma noche la norma, que se hizo efectiva al día siguiente.

Nada escapa a la NSL

Esta Ley, que castiga subversión, terrorismo, colusión con entidades extranjeras y secesión —incluyendo discursos que promuevan la independencia hongkonesa— con penas de hasta cadena perpetua, marcó un punto de inflexión en la ciudad.

Otorgó al Gobierno chino poderes extraordinarios, creando una oficina especial fuera de la jurisdicción hongkonesa para su aplicación. Las autoridades pueden vigilar, registrar y detener a sospechosos de estos delitos, que abarcan no solo actos, sino también expresiones, siguiendo el modelo legal de China continental.

"En apenas un lustro, China ha sofocado la efervescencia política y cívica de Hong Kong, sustituyéndola por un patriotismo coercitivo", afirmó Maya Wang, directora asociada para China de Human Rights Watch.

Según Wang, la norma "ha erradicado las libertades de expresión, asociación y reunión, así como la equidad electoral y la independencia judicial".

La experta alertó de que esta opresión podría acarrear "consecuencias devastadoras a largo plazo", aunque subrayó la resiliencia de los hongkoneses, quienes persisten en formas sutiles de resistencia frente a un "régimen autoritario".

Prensa y activismo bajo mínimos

La imposición de la legislación desató una oleada de detenciones contra líderes prodemocráticos, como el magnate Jimmy Lai, fundador del extinto diario Apple Daily, crítico con Pekín, que permanece encarcelado desde 2020 y enfrenta un largo proceso judicial por cargos de "sedición" y "connivencia".

En 2024, 47 exlegisladores y activistas fueron condenados por "conspiración para cometer subversión" tras participar en unas primarias no oficiales en 2020, previas a las elecciones generales. Numerosos líderes han buscado refugio en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y Alemania, mientras 13 enfrentan recompensas por su captura.

La libertad de prensa ha colapsado, con el cierre de medios independientes y un desplome en los índices internacionales: las normas ambiguas sobre críticas políticas han fomentado la autocensura periodística, y el temor a represalias legales inhibe el reporte de temas sensibles.

En el ámbito cultural, la NSL ha restringido cine, música, arte y edición. Desde 2021, la junta de censura cinematográfica evalúa filmes bajo criterios de seguridad nacional, prohibiendo obras sobre las multitudinarias protestas de 2019, mientras cineastas locales sortean estas restricciones acudiendo a festivales internacionales.

La música también ha sido silenciada: la canción prodemocrática 'Glory to Hong Kong' fue vetada, con sanciones para quienes la interpreten o difundan.

Tampoco el arte escapó al nuevo escrutinio, experimentado entre otros por el escultor danés Jens Galschiøt, cuya obra "Pilar de la vergüenza", que conmemora la masacre de la plaza de Tiananmen de 1989, fue eliminada.

Asimismo, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha intensificado la "educación patriótica" en escuelas y universidades, instalando cámaras de vigilancia y sistemas de reconocimiento facial en sus instalaciones.

Tres deberes y una obligación

Xia Baolong, subdirector de la Oficina para Asuntos de Hong Kong y Macao del PCCh, defendió poco antes del quinto aniversario la validez de la NSL como garantía del principio 'un país, dos sistemas', asegurando que preserva la estabilidad en Hong Kong y que la gobernanza debe estar en manos de "patriotas" para integrar la seguridad en todos los ámbitos.

También el secretario de Justicia, Paul Lam, exhortó este mes a la ciudadanía a cumplir "tres deberes y una obligación": no olvidar la historia, no ignorar la realidad, no permanecer indiferente y salvaguardar el orden.

Lam calificó las protestas de 2019 como una "amenaza grave" que desestabilizó la ciudad, argumentando que la NSL protege libertades esenciales, y advirtió sobre "fuerzas hostiles" que buscan frenar el desarrollo chino, aludiendo a sanciones "ilegales" de un país que no mencionó, pero en clara alusión a EE.UU. EFE

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