“Cuando bajar impuestos hace crecer la economía: la vigencia de la Curva de Laffer, de Ibn Jaldún a Reagan y Argentina”, por Germán Luis Kammerath

Germán Luis Kammerath, ex Intendente de la Ciudad de Córdoba, Diputado Provincial, Diputado Nacional y Vicegobernador de dicha provincia, llevó adelante en ReporteAsia un minucioso análisis sobre la transformación de la economía y los impuestos.
A continuación, reproducimos lo expresado en dicho artículo.
En política fiscal, las grandes ideas trascienden siglos, culturas y geografías. Un principio enunciado por un pensador musulmán en el siglo XIV fue retomado seis siglos más tarde por un presidente norteamericano y un economista liberal que marcaron el debate económico global. Y, en un ejemplo poco recordado pero profundamente ilustrativo, esa misma idea se aplicó con éxito en una ciudad argentina a fines del siglo XX, y volvió a manifestarse recientemente con resultados concretos.
Este artículo recorre esa línea histórica -de Ibn Jaldún a Ronald Reagan, de Arthur Laffer a la Municipalidad de Córdoba (Argentina) , y de allí a la rebaja temporal de retenciones– para mostrar cómo, cuando los impuestos bajan, la economía reacciona con fuerza.
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Ibn Jaldún: el “Laffer Musulman”, pionero de la economía moderna
Ibn Jaldún (1332-1406) fue un intelectual tunecino que, siglos antes de Adam Smith, analizó con agudeza los ciclos económicos y la relación entre fiscalidad y prosperidad en su obra Al-Muqaddimah (1377). Observando el auge y decadencia de las dinastías del Magreb y Al-Ándalus, formuló una tesis sorprendentemente moderna:
Según Jaldún, los estados jóvenes, en búsqueda de legitimidad, imponen tributos bajos que estimulan la producción y la prosperidad, generando abundantes ingresos sin asfixiar la economía. Con el tiempo, la expansión del gasto y de la burocracia lleva a subir impuestos. Pero esas cargas más altas desalientan la actividad, reducen la base imponible y terminan contrayendo los ingresos fiscales.
“En los comienzos del Estado, la tributación es ligera y los ingresos abundantes; al final del Estado, la tributación es pesada y los ingresos escasos.”
— Ibn Jaldún, Al-Muqaddimah (1377)
Este razonamiento, basado en observaciones históricas empíricas, anticipó lo que siglos después la economía moderna formalizaría como la relación no lineal entre presión tributaria y recaudación efectiva, conocida como Curva de Laffer. Su vigencia trasciende épocas y sistemas económicos: describe comportamientos humanos frente a incentivos fiscales.
Ronald Reagan y Arthur Laffer: la “curva” que cambió el debate fiscal
En los años 70, Estados Unidos sufría estanflación, altas tasas impositivas marginales y una economía con incentivos debilitados para invertir y producir. En ese contexto, el economista Arthur Laffer popularizó la idea de que más allá de cierto punto, aumentar impuestos reduce la recaudación.
En 1974, en una célebre cena en Washington,en un distinguido hotel de DC, el economista Arthur Laffer les explicó a dos prominentes políticos republicanos, Donald Rumsfeld y Dick Cheney, dibujando en una servilleta una curva en forma de arco -la futura Curva de Laffer- para ilustrar que una presión tributaria excesiva desalienta la actividad privada y termina erosionando la base imponible. Laffer solía decir que la clave no está en “recaudar menos”, sino en “recaudar mejor”, liberando energía económica en lugar de sofocarla.
Con la llegada de Ronald Reagan a la presidencia en 1981, esta visión se convirtió en política pública. El Presidente Ronald Reagan entendió que sin crecimiento no hay recaudación sostenible. En su discurso ante el Congreso, explicó que el problema no era que los ciudadanos pagaran pocos impuestos, sino que el Estado gastaba demasiado, y que la verdadera solución no estaba en más presión fiscal sino en más crecimiento económico.
Su iniciativa más emblemática fue la Economic Recovery Tax Act, que redujo drásticamente las tasas marginales y simplificó el sistema tributario. La reforma fue objeto de intensos debates, pero con el tiempo generó un ciclo de expansión económica sostenida durante la década, y marcó un punto de inflexión en la política fiscal global: la idea de que reducir impuestos, en ciertos contextos, puede aumentar la recaudación, dejó de ser marginal para convertirse en estrategia de gobierno.
Córdoba 1999-2000: la primera experiencia latinoamericana moderna de rebaja integral de impuestos
Durante mi etapa de militancia activa en la UCeDé de Córdoba tuve la oportunidad de conocer a Guy Sorman, pensador y escritor francés que analizó con agudeza el cambio del eje ideológico mundial a fines del siglo XX. Entre sus obras más influyentes se destacan La Revolución Conservadora Americana, sobre el liderazgo de Ronald Reagan, y La solución liberal, best seller internacional en la década de 1980. Sorman visitó en numerosas ocasiones la Argentina, Buenos Aires y Córdoba, invitado por la Fundación Carlos Pellegrini, dirigida por Ricardo Zinn, un talentoso empresario que desempeñó un rol clave en los procesos de privatización de ENTEL, YPF y Somisa.
A través de la lectura de la obra de Sorman sobre Reagan descubrí a Arthur Laffer, economista estadounidense creador de la célebre “Curva de Laffer”, que demuestra cómo una presión fiscal excesiva puede convertirse en un obstáculo para el crecimiento económico y, paradójicamente, reducir la recaudación tributaria.
En el proceso de conformación de la alianza política “Unión por Córdoba”, acordamos con nuestro socio, el ex gobernador José Manuel de la Sota, encargar una encuesta para identificar las principales demandas de la sociedad. Los resultados fueron claros: la rebaja de impuestos aparecía como la prioridad número uno para la ciudadanía.
Esa conclusión se transformó en el eje central de nuestra estrategia electoral. La propuesta de reducción integral de impuestos se convirtió en una de las banderas más fuertes de la campaña, que culminó con el triunfo de De la Sota como gobernador y mi elección como vicegobernador. Más tarde fuí electo intendente de la ciudad de Córdoba y el 10 de diciembre de 1999, al asumir esa función, cumplí la promesa de llevar adelante esta política, inaugurando así la primera experiencia latinoamericana moderna de rebaja integral de impuestos a nivel local.
En América Latina, con estructuras impositivas históricamente regresivas y alta informalidad, no existían antecedentes de una política estructural y generalizada de reducción de impuestos en el ámbito subnacional.
La Provincia de Córdoba redujo el impuesto inmobiliario y el automotor, generando un alivio impositivo histórico para familias y pymes. Por primera vez en la región, una provincia aplicaba una política fiscal expansiva, inspirada en principios económicos similares a los que Laffer y Reagan habían llevado a escala nacional en EE. UU.
La rebaja de impuestos de la Municipalidad de Córdoba fue la primera experiencia latinoamericana moderna en la que un gobierno local redujo o eliminó impuestos en sectores clave y, en lugar de perder recursos, recuperó ingresos a través de tres vías simultáneas:
- Mayor actividad económica,
- Mejor cumplimiento voluntario, y
- Modernización y fiscalización efectiva.
Las medidas: un rediseño tributario profundo
Las medidas se implementaron a través de la ordenanza impositiva municipal de diciembre de 1999 y el decreto complementario en 2000 que permitió avanzar en el paquete de reducciones o derogaciones fiscales.
Dichas normas rigieron desde enero de 2000, cumpliendo una de las principales promesas electorales realizada:
- Reducción del 30 % en el impuesto sobre inmuebles edificados y terrenos baldíos de hasta 300 m².
- Reducción del 30 % en el impuesto automotor municipal, en sintonía con la rebaja provincial.
- Reducción de tasas en el Mercado de Abasto y en actividades comerciales pymes y mercados frutihortícolas.
- Eliminación de de los importes fijos a los permisionarios de ferias francas.
- Eliminación de mínimos no imponibles presuntos para pymes y mypes. Los contribuyentes tributaban por sus ingresos reales bajo DDJJ.
- Eliminación del tributo a las obras de construcción nuevas, incentivando la inversión familiar y privada y promoviendo el blanqueo de las construcciones no declaradas por esta tasa que debía pagarse antes de poner el primer ladrillo en esas construcciones.
- Extensión de beneficios a un amplio conjunto de actividades productivas.
- Amplia moratoria fiscal para regularizar deudas vencidas, con 47 cuotas.
- Descuento adicional del 5 % para contribuyentes cumplidores -una innovación en el país (que a esa fecha fue inédito en toda Argentina)
Fue un hecho inédito , no solo porque fue la primera vez que la Municipalidad de Córdoba desde su creación hizo una rebaja de impuestos y hasta supresión de tasas, sino también porque fue el primer caso en toda Latinoamérica de medidas de reducción impositiva de esta dimensión y naturaleza.
Más actividad y mejor cumplimiento
Los resultados fueron claros. Decenas de miles de vecinos declararon construcciones no registradas, incorporando una gran cantidad de metros cuadrados edificados a la base imponible.
Pymes y mypes formalizaron actividades al eliminarse mínimos arbitrarios. La construcción se reactivó con fuerza. Y lo más relevante: la recaudación municipal en 2000 superó a la de 1999, a pesar de las rebajas nominales en tiempos de la convertibilidad, del 1 a 1, con lo cual la comparación es precisa ya que no existía inflación.
Este fenómeno no se explicó por inflación ni por subas de tasas: fue el resultado de mayor actividad económica, ampliación de la base contributiva y un clima tributario más razonable. Córdoba se convirtió en una demostración práctica, inédita en América Latina, de la Curva de Laffer aplicada al ámbito local.
Fiscalización inteligente: recuperar lo perdido
A la reducción impositiva se sumó una estrategia moderna de fiscalización. Se realizaron controles masivos a grandes contribuyentes de automotor, inmuebles de alta valuación y servicios, sectores que habían aprovechado la inacción burocrática y la obsolescencia tecnológica para eludir o subdeclarar impuestos.
La modernización administrativa permitió recuperar decenas de millones de dólares para las arcas municipales, fortaleciendo la equidad fiscal y consolidando la sustentabilidad de la reforma.
La rebaja temporal de retenciones: Curva de Laffer en acción
La lógica de la Curva de Laffer no pertenece al pasado. Hace pocas semanas, el Gobierno nacional dispuso una rebaja temporal a 0 % de las retenciones a la exportación de granos.
La reacción de los sectores agrícolas fue inmediata: en cuestión de días se liquidaron volúmenes retenidos que habían permanecido inmovilizados durante meses, generando un salto en las operaciones, en el ingreso de divisas y en la recaudación por otros tributos asociados, más allá de la polémica que genera el breve tiempo de su vigencia. Una continuidad de esta eliminación de las retenciones, los parásitos que dañan a la economía agrícola y ganadera, generaría una enorme y virtuosa mejora de la actividad en la reinversión de esos recursos por parte de los agricultores y empresas agrícolas en diversas inversiones, Los 10 años de la Convertibilidad, en los años 90, es un ejemplo práctico que sin retenciones es posible gobernar Argentina.
Este episodio contemporáneo ratifica empíricamente los efectos de la Curva de Laffer: cuando se eliminan o reducen impuestos excesivos, la actividad económica se libera y genera ingresos adicionales, incluso en plazos muy cortos.
Esa decisión se hace también en el marco de la eficiencia tributaria que significó la supresión de gran parte de los fideicomisos existentes al momento de asumir la nueva administración, que significaron un verdadero agujero negro en las arcas públicas con gestiones ruinosas, dinero gastado de modo inexplicable, sin aplicar controles propios de la administración pública y del régimen de administración financiera nacional.
Un tema que salta a la vista es la desconexión intercultural entre las grandes urbes y el campo argentino, y la gran indiferencia que tiene en los formadores de opinión esta irritante política de succión de la riqueza agrícola que en general fue destinada al malgasto del sector público. Desde el Presidente Eduardo Duhalde, que reinstaló las retenciones, en adelante, como ya se escribió, el campo contribuyó con más de 200.000 millones de dólares, más que el Plan Marshall que reconstruyó la posguerra de Europa.
Y aún tenemos graves falencias en acceso de agua potable, viviendas dignas para la población vulnerable, conectividad de calidad en las áreas alejadas, enorme atraso de las redes de 5G y caminos rurales en gran parte abandonados.
De la teoría a la práctica: una lección que sigue viva
La historia, a veces, se cuenta sola.
Hace más de seiscientos años, Ibn Jaldún observó que cuando los impuestos son razonables, la economía florece; y cuando se exageran, la actividad se apaga y la recaudación termina cayendo.
Mucho después, en el siglo XX, Arthur Laffer tomó esa intuición y la dibujó en una servilleta para mostrar que la relación entre impuestos y recursos del Estado no es lineal.
Ronald Reagan la llevó a la arena política y la transformó en una estrategia nacional que cambió el debate fiscal en el mundo.
Décadas más tarde, Córdoba la aplicó con realismo y decisión en el terreno local, convirtiéndose en la primera ciudad latinoamericana en demostrar que bajar impuestos no es sinónimo de vaciar las arcas públicas, sino -correctamente implementado- todo lo contrario.
Y, como si la historia quisiera subrayar la idea, la reciente rebaja de retenciones agrícolas volvió a mostrar en tiempo real lo que ocurre cuando se alivian cargas excesivas: la economía reacciona, los actores se mueven y los ingresos llegan por otra vía.
En el fondo, una política fiscal inteligente no consiste en cobrar más, sino en cobrar mejor: aliviar donde asfixia, controlar donde corresponde y crear un entorno que incentive a producir, invertir y cumplir.
El giro del 2001: un contexto adverso que interrumpió la tendencia
Hasta fines de 2000, los efectos de la rebaja impositiva cordobesa, tanto provincial como municipal, fueron claros. Pero en 2001, el país entró en una fase de turbulencia.
Un punto de inflexión fue el “impuestazo” del ministro José Luis Machinea, aprobado a fines de 1999 por el gobierno de Fernando de la Rúa. La reforma incrementó la presión fiscal sobre la clase media mediante cambios en el impuesto a las ganancias, marcando un giro contractivo nacional.
La caída del consumo, de la inversión y de la actividad afectó rápidamente las finanzas provinciales y municipales, neutralizando parte de los efectos expansivos generados por la política cordobesa. La experiencia local mostró su eficacia en condiciones normales, pero no pudo aislarse de un shock macroeconómico generalizado.
La agenda del mañana y el poder de liberar energía emprendedora
En tiempos de presión impositiva asfixiante, enfriamiento productivo y sistemas tributarios envejecidos, redescubrir la lógica de la Curva de Laffer no es un ejercicio académico: es una necesidad práctica.
La experiencia de la Municipalidad de Córdoba en 1999/2003 mostró que incluso los gobiernos locales pueden cambiar el rumbo económico cuando combinan rebajas bien diseñadas, modernización fiscal y gestión eficiente. La reacción reciente del sector agrícola confirma que los incentivos fiscales funcionan: cuando se liberan las fuerzas productivas, la economía responde.
Argentina tiene, en su propia historia y en su presente, evidencia suficiente para repensar su política tributaria sobre bases inteligentes y modernas. El desafío es que la rebaja de impuestos vaya acompañada de un recorte decidido del malgasto público y de una administración transparente que deje atrás la demagogia y el populismo opaco.
La Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos (N° 27.747) es un primer paso -limitado pero significativo- en la dirección de desatar los nudos regulatorios que durante décadas ahogaron la energía empresarial del país. Desarmar ese entramado llevará tiempo: el status quo de burocracias dispendiosas y complacientes no se rendirá fácilmente. Pero el camino está trazado.
Quizás haya llegado la hora de mirar menos la planilla estática y más la economía dinámica: allí donde las decisiones tributarias moldean conductas, y las conductas determinan la recaudación.
Como escribió Ibn Jaldún hace más de seis siglos, los Estados florecen cuando gravan con inteligencia y se marchitan cuando lo hacen con voracidad. Si América Latina quiere construir su agenda del mañana, deberá animarse, con visión y coraje político, a liberar las fuerzas productivas de sus sociedades.
Bajar impuestos no es un salto al vacío: es un salto hacia adelante.
Fuentes:
- “La revolución conservadora americana”, Guy Sorman, página 140.
- “On Ibn Khaldun and Ronald Reagan” – Digresiones e Impresiones. Discurso de Ronald Reagan presentando las rebajas impositivas. Economic Recovery Tax Act,
- “La Curva de Laffer o Khaldum”, lafundacion.do
- “The Muslim Thinker who inspired Reagan”, Cato Institute.
- “La Curva de Laffer: Cómo una teoría escrita en una servilleta se convirtió en la guía para la política fiscal de Donald Trump en Estados Unidos”, BBC News.
- “Rige la rebaja impositiva del 30%” “Asumió Kammerath”. La Voz del Interior, 11 de diciembre de 1999.
- “Prometido y Cumplido”, Mensaje del Intendente Germán Kammerath, Marzo de 2001.
- “El “impuestazo” de Machinea”, La Nación, 16 de marzo de 2006.