Críticas a los niños y al lenguaje de las tertulias: así hablaban los argentinos antes de la inmigración italiana

Una usuaria de TikTok recopiló artículos y cartas durante la época colonial y los resultados fueron fascinantes. ¿Qué tanto cambió el acento?
¿Cómo hablaban los porteños?
¿Cómo hablaban los porteños? Foto: Archivo

Argentina es un país que nació de un barco, su identidad se forjó con aquellos que huía de guerras, hambrunas o soñando un futuro más próspero. La gran ola inmigratoria de segunda mitad del siglo XIX produjo un profundo cambio cultural y social en el país, particularmente en Buenos Aires.

Si bien tuvo un impacto a gran escala, el idioma fue el más notorio, ya que el acento rioplatense se transformó hasta sonar como italianos que hablan español. Pero, ¿cómo era todo antes de la llegada de los barcos?

El acento rioplatense antes de la inmigración italiana

Una usuaria de TikTok, @catutecuenta, realizó una investigación al respecto y las conclusiones son más que interesantes. ¿Qué tanto cambió el acento en 100 años?

Se analizaron cartas, escritos y diarios de la época colonial. Por ejemplo, se tomó la carta de Romana Josefa López de Anaya quien fue la madre de los Anchorena, una de las familias más importantes de la aristocracia porteña. ¿El resultado? Muestra bastantes confusiones al escribir la Y y la LL y, teniendo en cuenta que nació en 1754, representa a la generación previa a la Revolución de Mayo por lo que en esa época ya existía el yeísmo rehilado.

Para esa entonces no solo estaba mal visto tomar mate, también hablar con este modismo al calificarlo de “embrutecimiento del castellano”.

Buenos Aires antes de la gran ola migratoria Foto: Archivo

También se analizó los escritos de Juan Cruz Varela, poeta y ensayista, que se dedicó a escribir artículos criticando los defectos de pronunciación como lo hizo en 1826:

“El no dar la ll su pronunciación verdadera también es bastante frecuente en Buenos Aires, pero no tanto que sirva de escusa a nadie, y mucho menos a los señores del teatro. Alguno hay de ellos que al pronunciar llanto, batalla y otras palabras con ll parece que pronuncia un ch medio líquido pero no prolongado; y que dice chchchanto, batachchcha, etc. No hallamos otro modo de escribir esa pronunciación viciosíma”
Juan Cruz Varela Foto: Archivo

En otro escrito, Varela denuncia los errores lingüísticos que cometen las personas en las tertulias. Es decir, gente de la aristocracia:

“Es generalísimo entre nosotros pero muy principalmente en los niños, el alargar las sílabas finales de los imperativos, y aún el agregarles una letra, diciendo, v. gr., tomá por toma, corré por corre; vení por ven”

El imperativo que tanto usamos los argentinos, que pareciera que estamos dando órdenes, en la actualidad ya estaba presente en el siglo XIX. Respecto al voseo, hay un montón de pruebas de que ya se utilizaba como la carta que le envió Romana a Juan José de Anchorena:

“En casa no hemos tenido novedad con los ingleses, todos disfrutando de perfecta salud, lo que te deseo a vos, y que el Señor conceda verte cuando antes”

¿Qué puede tomarse de todo esto? Que ya desde la época colonial se utilizaban el voseo, el yeísmo rehilado y el imperativo que tan acostumbrados estamos a utilizarlo en 2025.

¿Qué es el lunfardo?

Si bien hay costumbres que prevalecen, con la llegada de miles de inmigrantes surgió la jerga del lunfardo de la cual aún sobreviven palabras.

Se trata de una jerga cuya etimología proviene del lumbardi, una palabra de origen lombardo en lo que hoy conocemos como Italia.

Niños jugando en las primeras décadas del siglo XX. Foto: Archivo General de la Nación
Niños jugando en las primeras décadas del siglo XX. Foto: Archivo General de la Nación

El lunfardo no es una lengua en sí, es un léxico que actúa de manera simbiótica con el idioma español hablado en determinado momento. Tiene tres partes importantes como lo son el sustantivo, el adjetivo y el verbo, pero carece de artículos, pronombres, preposiciones y conjunciones; por ello se pueden expresar frases en lunfardo puro, pero no oraciones.

El tango o sainete se encargaron de difundir estas expresiones, razón por la cual hoy las seguimos utilizando en nuestra cotidianeidad. Se calcula que hay entre 6-7 mil palabras y unas 3 millocuciones o expresiones. “Pibe”, “macana”, “chamuyo”, “laburo”, “mina”, “banquina”, “guita”, “trucho”, “chabón” y “gil”, son algunos de los ejemplos.