Sarmiento y su rol como padre: de criar a una hija que su madre no quería a una pérdida desgarradora

Un aspecto poco mencionado sobre su vida. Presente en la vida de sus hijos, se encargó de que nunca les faltara nada en un contexto donde aquellos gestos faltaban.
Sarmiento y sus dos hijos
Sarmiento y sus dos hijos Foto: Archivo

Cada 11 de septiembre se conmemora el Día del Maestro en Argentina, ¿el motivo? En homenaje al padre del aula: Domingo Faustino Sarmiento, quien murió en esta fecha en 1888. Además de dedicar gran parte de su vida a impulsar la educación en Argentina, Domingo Sarmiento también fue padre. Se le conocieron dos hijos, una mujer y un varón, de quienes se ocupó e intentó estar en su vida de diferentes formas.

De diferentes madres, sus historias merecen la pena una nota. De convertirse en padre soltero a sufrir una pérdida a la que calificó como “una violación a las leyes de la naturaleza”. Este fue el Sarmiento fuera del aula, el papá.

Dominguito y Ana Faustina Foto: Archivo

Ana, su primera hija

Exiliado en Chile, daba clases en una escuela. Allí se enamoró de una de sus alumnas, María Jesús del Canto, de 17 años, y fruto de ese romance nació Ana Faustina el 18 de julio de 1832. Sucedió que la familia de la joven era acomodada y veían a Sarmiento como un mal candidato: pobre, maestro y extranjero, ante este panorama rechazaron hacerse cargo de la niña y optaron por dársela al padre.

Fue así que “el maestro pobre y extranjero” decidió criarla, de no haberlo hecho hubiera ido a parar a un orfanato o a un convento. Faustina quedó a cargo de su abuela, Paula Albarracín de Sarmiento, pasando sus primeros años entre San Juan y Chile.

Ana Faustina se casó y tuvo seis hijos Foto: Archivo

Si bien aquel abandono de su madre la persiguió toda su vida, hay correspondencia entre padre e hija donde le informa que cuando murió María Jesús, esta le había dejado “unas monedas”. Un episodio visto como un intento de “enmendar lo sucedido”.

Faustina se casó con Julio Belín, un francés, imprentero, que trabajaba con Sarmiento. Tuvieron 6 nietos: dos conocidos como Augusto, editor de las obras del abuelo, y Eugenia quien fue una brillante artista.

Eugenia en su taller Foto: Museo Sarmiento

Dominguito

Fue en el país trasandino donde también conoció a Benita Martínez Pastoriza, sanjuanina también quien estaba casada en aquel entonces con el comerciante chileno Domingo Castro y Calvo. Casi inmediatamente comenzaron un romance clandestino. Benita quedó embarazada y si bien el niño, nacido el 17 de abril de 1845, fue bautizado como Domingo Fidel Castro, muchos historiadores aseguran que la criatura era en realidad de Sarmiento.

Dominguito Sarmiento
Dominguito Sarmiento

Una vez que enviudó, contrajo matrimonio con el sanjuanino en 1847 y Dominguito tomó el apellido de su padre, ¿adoptivo? A contramano de los deseos de su madre decidió enrolarse en el ejército argentino una vez estallada la Guerra de la Triple Alianza, lo hizo en 1865. Cayó mortalmente herido a los 21 años en la batalla de Curupaytí, el 22 de septiembre de 1866, a cincuenta metros de las trincheras paraguayas. Fue rescatado por soldados que lo trasladaron a una angarilla para atenderlo: un casco de bomba le había cortado el tendón de Aquiles y si bien lo trasladaron para darle una mejor atención, fue imposible salvarle la vida debido a la cantidad de sangre que había perdido.

“Después de la batalla de Curupaytí”, de Cándido López
“Después de la batalla de Curupaytí”, de Cándido López

“Te pido madre que no sientas mi pérdida hasta el punto de dejarte vencer por el dolor”, le había escrito a su madre horas antes del combate.

Sarmiento estaba en Estados Unidos como ministro plenipotenciario. Desde Nueva York le escribió a Delfina Mitre, esposa de Bartolomé Mitre quien era presidente en ese entonces, una carta devastadora que daría cuenta del profundo dolor en el que se encontraba:

“Mi estimada amiga (..) cuando las leyes de la naturaleza son violadas por las necesidades de la sociedad solo queda levantar los ojos más arriba i obedecer con resignación a otras leyes superiores que están acaso proveyendo a necesidades que se nos ocultan o no sabemos sentir (...) Consuélame que un pueblo entero haya comprendido estimado lo que se perdía en el malogrado niño. Se la parte que a usted i a su familia le cabe (...) Yo hubiera pedido solo cuatro años más de espera, a fin de que hubiese saboreado la vida. Habría sido mejor? Ha muerto antes de probar el desencanto que está en el fondo de la copa, i su imajen se me presenta espirante i risueña con sus juveniles recuerdos.Con mis afectos a los de su casa i al General queda su affmo amigo. (Firma) D.F. Sarmiento”.

Tiempo después renunció al cargo y regresó al país, donde visitaba la tumba de Dominguito en el Cementerio de la Recoleta, pasando largas jornadas hablándole y siempre por la tarde para no ser visto.

Tumba de Dominguito Sarmiento en el Cementerio de la Recoleta
Tumba de Dominguito Sarmiento en el Cementerio de la Recoleta

Sarmiento murió en Asunción, a los 77 años, por una deficiencia cardíaca. En el mismo país donde años antes había dejado la vida su hijo por defender a la patria en una guerra absurda.