Carlos Gardel, fanático de lo dulce: la historia de cómo creó un icónico postre que aún puede disfrutarse en una centenaria confitería de CABA

La delicia con el tiempo se convirtió en un clásico, ligada para siempre a uno de los lugares más emblemáticos.
El postre favorito de Gardel
El postre favorito de Gardel Foto: Archivo

Carlos Gardel, el hombre cada vez canta mejor, tenía dos pasiones indiscutidas: las carreras de caballos y los postres. La amistad que forjó con el mítico jockey uruguayo, Irineo Leguisamo, llevó a pedirle al dueño de la confitería El Molino un plato para celebrar esa relación.

Así nació el postre Leguisamo, una delicia que con el tiempo se convirtió en un clásico con una historia particular ligada a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires: Confitería El Molino.

El origen del postre que creó Gardel

La leyenda cuenta que el dueño del lugar, Cayetano Brenna, era también gran amigo de Gardel y por ello nació este postre. En la próxima reapertura de El Molino, se volverá a ofrecer el postre mítico para todos los amantes de lo dulce y de la historia de la gastronomía porteña.

En 1927, Gardel celebró la victoria de su caballo Lunático, que fue montado por Leguisamo, pidiéndole a Brenna que creara un postre en honor a su amigo y al triunfo obtenido en las pistas. Así nació Leguisamo.

Vale aclarar que su nombre, suele escribirse con “Z” en lugar de “S” como corresponde al apellido del jockey. Esta variación cambió con el tiempo y actualmente ambas grafías se consideran correctas.

Leguisamo y Gardel Foto: Archivo

¿Dónde se puede degustar?

La Confitería del Molino todavía no está abierta como para que vayas a tomar un café, ofrece la “Experiencia Molino, un recorrido guiado”. Se trata de visitas que permiten conocer los espacios restaurados y la historia de este emblemático edificio, contada por un equipo de especialistas.

En donde si se puede degustar es en El Progeso, justamente fue fundada por don Juan Bautista Brignone quien antes trabajó como maestro pastelero en la tradicional Confitería “Del Molino”. El lugar data de 1919 y sigue de pie en la avenida Santa Fe al 2800.

Postre Leguisamo Foto: Confitería El Progeso

Las recetas se mantienen intactas, ya que conservan recetarios de 1919 como la crema pastelera y el chantilly. También el bizcochuelo, que se hace con una determinada cantidad de huevos. El horno, una vitrina de exposición y una mesa de mármol de carrara en la fábrica son originales.

La heladería más antigua de CABA que era visitada por Carlos Gardel

En el corazón de San Cristóbal se encuentra Saverio. Un sitio por el cuál pasó el mismísimo Carlos Gardel. Fue el compositor Enrique Cadícamo quien en “Mis memorias” reveló este dato. Con 116 años, esta heladería es la más antigua de la Argentina y recibió una distinción de Afadhya (Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines).

Cuando Gardel era un cliente fijo, Saverio estaba en manos de Antonio, que a la temprana muerte de su padre tomó las riendas del negocio y lo hizo crecer. Para 1966 se mudaron de Avenida San Juan 2727 a 2816.

Heladería Saveiro. Foto: Instagram / heladeriasaveiro.
Heladería Saverio. Foto: Instagram / heladeriasaveiro.

Sobre la debilidad de Carlos Gardel, el actual dueño contó: “Tenemos el registro, lo escribe Enrique Cadícamo, en sus memorias. Iba a la original, a la casa de Francesco”. “Una noche el cantor nos manda a su chofer, El aviador, que en un flamante convertible Chrysler que había traído de París en su último viaje, nos lleva a la famosa heladería Saverio, donde él acostumbraba a ir”, apunta la obra del letrista.

Cadícamo completó: “Lo hallamos en una de las mesas de la vereda con Razzano. Nos recibió sonriente y afectuoso recomendándonos de entrada ‘los de limón’. “Durante el tiempo que estuvimos conversando, Gardel no dejó en un solo momento de comer helado tras helado. Al levantarnos para irnos, y luego de firmar los autógrafos a algunos admiradores, nos llevó en su auto al centro”, cerró la anécdota del ícono de la música nacional.