Un café masónico en CABA: visitado por Belgrano y los próceres de la Revolución de Mayo logró ganarle al olvido

Tras más de 100 años se le volvió a dar vida a un emblema para la historia argentina. Secretos y mitos de un lugar que supo tener entre sus cuatro paredes los secretos de los hombres más importantes.

Café de Marco. Foto: cronopio.viajero
Café de Marco. Foto: cronopio.viajero

Buenos Aires tiene más de 500 años de historia y aún posee lugares cuyos secretos esperan ser revelados. Entre los cientos cafés, restaurantes o museos existe uno que vio nacer a la Revolución de Mayo, uno que tras años de mantenerse cerrado volvió para seguir escribiendo capítulos. Hablamos de El Café de Marcos.

Inaugurado en 1801, se encontraba a 100 metros del Cabildo y la Plaza de Mayo. Visitado por próceres como Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli, Martín de Álzaga, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo, Manuel José Lavardén, los integrantes de la Sociedad Patriótica, La Sociedad del Buen Gusto, Agustín Donado, French y Berutti. Auge, caído y resurrección de un espacio que mantiene viva la historia.

Revolución de Mayo de 1810
Revolución de Mayo de 1810

El café de Marco

El primer lugar donde estuvo ubicado fue en las calles Santísima Trinidad y San Carlos, hoy Alsina y Bolívar. Con el tiempo se transformó en un espacio clave para que los patriotas se reunieran para digitar el plan para desterrar al Régimen Colonial.

El motivo de su nombre se debe a su primer fundador, Pedro José Marco. En sus orígenes contaba con servicio de confitería, botillería y con billar. Un dato es que pagaba más impuestos que los otros cuatro que había en la ciudad por ser el más concurrido.

Todo cambió cuando Martín de Álzaga planeaba en ese mismo lugar la revuelta del Colegio San Carlos y las autoridades virreinales decidieron clausurarlo y detener a su propietario. El Café de Marco logró sostenerse varios años más, hasta cerrar sus puertas en 1871 por la epidemia de fiebre amarilla. Debieron pasar varias décadas para revivirlo.

Café de Marco. elcafedemarcotematico
Café de Marco. elcafedemarcotematico

La vuelta de Café de Marco

Para 2012 Marco Antonio Arslanian, un orfebre sin experiencia en gastronomía, decidió sacarlo del olvido y abrir un bar temático de “Masonería y Revolución de Mayo” que fue declarado Sitio de Interés Cultural por Resolución 245/2015 de la Legislatura Porteña.

Si bien intentó reabrirlo en el mismo sitio, terminó haciéndolo frente al Palacio Cangallo, sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, en Teniente General Juan Domingo Perón 1259.

Objetos exhibidos en el café. Foto: fondodeolla
Objetos exhibidos en el café. Foto: fondodeolla

Vale recordar que gran parte de los próceres argentinos, incluyendo presidentes, fueron masones. Inclusive Domingo Faustino Sarmiento también lo era, pero renunció al asumir como Presidente, ya que no quería estar condicionado por ninguna filiación de índole política.

Hoy el local ofrece una propuesta de cocina porteña, que además para las fechas patrias incorpora el tradicional locro, que hoy es usual en muchas casas y lugares de comida, aun cuando no se trataba de un plato presente en aquellos tiempos en las mesas de los porteños.

A la librería más antigua también iba Belgrano

Se trata de la Librería del Colegio o Librería Ávila,fundada en 1785 y , por su proximidad con el Nacional Buenos Aires, se la conoce como“Del Colegio”. Historia y secretos de un lugar que vio el inicio y transformación de la capital argentina.

Abrió sus puertas por primera vez en lo que hoy es la esquina de Alsina y Bolívar, para ese entonces era territorio del Virreinato del Río de la Plata. Fundada con paredes de adobe y techo de paja. Además de libros, se vendían hierbas medicinales y artículos para los gauchos.

Con el paso del tiempo se transformó en la primera casa de la Ciudad que tuvo dos pisos. Supo ser el refugio y punto de encuentro de quienes impulsaron la Revolución de Mayo de 1810: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno y Juan José Paso iban a buscar los libros que llegaban de Francia, con el pensamiento vivo de la revolución francesa. Sin esta librería, nada podría haber sido posible.

La Librería de Ávila. Foto: turismo Buenos Aires
La Librería de Ávila. Foto: turismo Buenos Aires

Vale recordar que el local tenía enfrente la Iglesia de San Ignacio y en 1863, construyeron el Colegio Nacional de Buenos Aires. Es decir, siempre estuvo rodeado de historia y de figuras de renombre que caminaban por las calles aledañas.

En 1875 pasó a llamarse “Librería del Colegio”. Lamentablemente, el lugar quebró para la década del 90 y se remató todo su inventario.

El edificio, que pertenecía al Arzobispado de Buenos Aires, fue cerrado por unos ocho años y estuvo a punto de convertirse en un local de comida rápida. Cuando el librero Miguel Ávila se enteró de eso, sabiendo del valor que tenía para la cultura argentina, decidió comprarla.

Ávila logró que se rescindiera el precontrato con la cadena de hamburguesas y que accedieran a vendérsela para volver a ponerla en pie, bautizándola con su apellido.

Entre los grandes hallazgos, hay antiguas gramáticas españolas, libros de lectura de la escuela primaria de hace cien años, ediciones del Quijote en chino, o un bando de Manuel de Sarratea de 1819, en el que se especifican las condiciones para que funcione una pulpería.