¿Puedo dejarle la herencia a mi mascota?: qué dice la ley en Argentina sobre los animales y la muerte de sus humanos

Algunos países tienen en cuenta a los perros y los gatos en el momento del fallecimiento de una persona. Qué sucede en Argentina.

¿Los perros pueden recibir una herencia?
¿Los perros pueden recibir una herencia? Foto: Unsplash

Con el crecimiento de las adopciones de los perros y los gatos, y el hecho de que cada vez son más las mascotas que son consideradas como parte de la familia, muchas veces las personas comienzan a preguntarse qué sucede si fallecen. ¿Un perro puede heredar? ¿Qué dice la ley al respecto?

La relación entre los humanos y los animales de compañía creció tanto en los últimos años que es normal hacerse esas preguntas legales. Lo cierto es que, aunque las legislaciones avanzan en cuanto a materia de bienestar animal, en Argentina los animales no pueden heredar directamente porque no tienen personalidad jurídica, aunque sí se los puede proteger de manera efectiva.

Los perros no pueden aparecer en la herencia. Foto: Unsplash.

En España, por ejemplo, este fue un tema de debate, aunque se determinó por la ley “seres sintientes” que los perros no tienen derecho a heredar, debido a que están en otra categoría jurídica. Es decir: no pueden ser nombrados ni herederos ni legatarios en un testamento.

Según el Código Civil español, sólo pueden heredar las personas físicas y jurídicas y las entidades con capacidad legal. Por ello, a efectos sucesorios, un perro o un gato no puede recibir bienes ni dinero directamente, a pesar del vínculo afectivo existente. Pero, ¿qué sucede en Argentina, donde los animales no son sujetos de derecho?

La herencia en Argentina. Foto: Freepik.

Mascotas herederas: qué pasa en Argentina cuando el dueño fallece

En Argentina, legalmente los animales de compañía son considerados como “cosas” según el Código Civil y Comercial. A nivel jurisprudencial, la justicia ha avanzado al reconocerlos como “sujetos de derecho” en sentencias específicas e incluso en algunas provincias, ya que se los considera como seres sintientes, lo que les otorga una protección especial.

Sin embargo, por mucho que los argentinos sientan que sus mascotas son parte de la familia, lo cierto es que, para la ley, no tienen derecho a una herencia. Cuando se abre una sucesión, sólo pueden heredar personas físicas o jurídicas, según el Código Civil y Comercial.

Las mascotas no son sujetos de derecho sucesorio, por lo que tampoco pueden figurar como herederas ni recibir bienes directamente, debido a que son considerados como “bienes” en sentido técnico, aunque social y afectivamente el vínculo sea mucho más profundo.

Nuevo Código Civil y Comercial
Nuevo Código Civil y Comercial

Qué se puede hacer en Argentina para proteger a una mascota

Existen mecanismos legales efectivos:

  • Designación de un cuidador en el testamento: el dueño puede asignar a una persona o institución que recibirá al animal y se responsabilizará por él.
  • Herencia condicionada al cuidado del animal: se puede dejar un bien o un monto solo si la persona acepta cuidar al animal. Sin embargo, si esto no se cumple o si el cuidador designado no acepta, la mascota queda a cuidado de un refugio que puede recibir los fondos otorgados.

En conclusión, las mascotas no pueden heredar ni aparecer en la herencia (a no ser que haya algunas especificaciones de cuidado para garantizar su bienestar), pero cuando su dueño fallece, la justicia sí puede intervenir para que sean reubicados en otra casa que cumpla con sus cuidados.

Los animales de compañía son protegidos por la ley cuando su cuidador fallece. Foto: Unsplash.

Tip veterinario: ¿los perros deben ver a su dueño fallecido?

Aunque no existe una regla universal, la mayoría de los veterinarios recomiendan que el perro debe poder despedirse de su humano, aunque esta experiencia depende de la personalidad del animal y de la forma en la que ocurrió el deceso.

Los especialistas coinciden que los perros perciben profundamente la ausencia de sus cuidadores y atraviesan un proceso de duelo muy similar al de los humanos, lo que da a entender que comprenden que algo significativo cambió, aunque no necesariamente entienden que se trata de una muerte.

En algunos casos, permitir que el perro vea el cuerpo de su dueño por última vez puede ayudarlo a procesar la pérdida: sentir que su olor ha cambiado, que su presencia ya no está, los ayuda a dejar de buscar compulsivamente a su humano y a comprender -en sus propios términos- que no regresará.

Sin embargo, esta opción solo es recomendable cuando el cuerpo está en condiciones dignas, la muerte ha sido natural, el perro es emocionalmente estable y la familia puede acompañarlo sin transmitir angustia intensa, ya que los animales absorben con facilidad el estado emocional de las personas cercanas.

Por otro lado, NO es aconsejable que el perro tenga contacto con su dueño fallecido si éste tuvo un accidente grave, lesiones visibles o alteraciones físicas, ya que podría generarle un estado de shock emocional y reactivo. En ese caso, la familia puede mantener una rutina estable para el can, proporcionando cosas de su dueño y acompañándolo en el duelo para que sea más ameno.