Nos gustaría vivir en paz pero no es realista, advierte ministro portugués de Exteriores

Por Canal26

Martes 10 de Junio de 2025 - 04:56

Susana Samhan

Lisboa, 10 jun (EFE).- "A todos nos gustaría vivir en una sociedad en paz, pero desafortunadamente no es realista", reflexionó el ministro portugués de Exteriores, Paulo Rangel (Vila Nova de Gaia, 1968) en una entrevista con EFE, cuando se cumplen 40 años de la firma del Tratado de Adhesión de su país y España a las Comunidades Europeas, sobre los retos que afronta la ahora Unión Europea.

La conversación transcurre en el Palacio de las Necesidades de Lisboa, sede del ministerio, donde Rangel habló de la intención de su Gobierno de llegar este año al objetivo del gasto en defensa del 2 % del PIB.

"La cuestión de que tengamos más armas no es una cuestión de elección, a todos nos gustaría vivir en una sociedad de ángeles", dijo Rangel, quien puso el ejemplo de unos padres que van por la calle y alguien ataca a sus hijos, "ellos los van a proteger, van a defenderse".

Esto, recordó, es lo que ha ocurrido con la invasión rusa de Ucrania: "Nadie deseaba ninguna guerra, pero hubo un agresor, no tiene sentido hacerse ilusiones sobre esto. Esta no es una visión maniquea, es una visión, lamentablemente, de la realidad".

Ante este panorama, países como Portugal, España o Italia, que no han llegado aún al objetivo establecido en el marco de la OTAN, están haciendo un esfuerzo "hercúleo" para alcanzar esa meta, que no consiste solo en comprar armas.

"Sabemos por el apagón que es preciso reforzar la seguridad energética, es preciso reforzar la seguridad contra la información que puede causar caos interno, tenemos que reforzar la seguridad contra ataques híbridos", enumeró.

Lejos queda aquella Europa de hace 40 años, cuando Portugal y España vieron en su integración una consolidación de sus democracias, tras el fin de sus dictaduras en la década de los 70.

"El proceso de transición democrática solo se concluyó con la adhesión europea", remarcó Rangel.

La principal contribución de Portugal a la actual UE fue su "atlantismo" y su vocación universal, con una cultura "poderosa", poco conocida en el continente, aunque no así en otras partes del mundo.

Más tarde, con la ampliación hacia el este y el centro de Europa, más volcados en sí mismos, Portugal y España siguieron trayendo una vocación "universal" de relación con todos los continentes, especialmente en el caso portugués, ya que los españoles están más concentrados en Latinoamérica.

"Esa contribución fue muy importante, de apertura de Europa al exterior, que creo que ya estaba abierta pero reforzó esa vocación", apuntó Rangel, para quien equilibra una visión más autocentrada de Europa.

Pese a que Portugal y España han colaborado para sacar adelante asuntos, como los energéticos, Rangel recordó que, así como hay afinidades ibéricas fuertes también hay diferencias, aunque indicó que existe "un gran alineamiento".

"El tema de la energía es tal vez el tema más actual, sobre ese punto de vista, y muy importante porque es un tema también de seguridad y soberanía hoy en día", dijo.

El ministro opinó que "es una pena" que dos países como Portugal y España, que son productores de energías renovables en alto grado, "estén aislados de Europa, cuando podrían dar una contribución enorme a Europa", algo que "tiene que cambiar".

También existe ese alineamiento en "todo lo que tiene que ver" con la vocación externa de la UE, con la cooperación con Latinoamérica, África y Asia.

A este respecto citó el acuerdo con Mercosur, del que Portugal y España han sido "los grandes defensores" porque es "un eje fundamental".

"Esta comprensión no siempre fue visible en Europa", señaló Rangel, quien apuntó que ambos países ibéricos han hecho "un bloque absolutamente extraordinario sobre este tema".

Ya en el ámbito bilateral, el jefe de la diplomacia lusa afirmó que "la democracia y la Unión Europea trajeron a estos viejos vecinos el mejor periodo de relaciones de su historia".

La democracia hizo que Portugal y España fueran "verdaderos amigos" y abrió un pueblo al otro, un país al otro.

"Esto también es una consecuencia de Europa -añadió-. Porque, obviamente, Europa, al abrir sus fronteras, inmediatamente abrió las fronteras en la Península Ibérica". EFE

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