Inesperado aliado contra el cáncer: por qué los médicos le recomiendan comer helado a los pacientes oncológicos

Además de ser uno de los grandes placeres del verano, el helado es uno de los aliados más eficaces para mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos, quienes deben mantener una alimentación adecuada.
La pérdida de apetito, mucositis, fatiga, las alteraciones en el gusto y náuseas son algunos de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer que dificultan la ingesta de alimentos.
En este contexto, una de las razones por las que se le recomienda helado a ciertos pacientes oncológicos es su capacidad para estimular el apetito en personas que perdieron parcial o totalmente.

El agradable sabor y la facilidad para tragarlo gracias a su textura cremosa lo convierten en un alimento atractivo y bien tolerado. Además, su densidad calórica puede resultar sumamente útil.
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En pacientes con cáncer que experimentan pérdida de peso involuntaria o dificultades para mantener su masa corporal, puede ser una forma práctica de aportar energía sin necesidad de consumir grandes volúmenes.
El helado como aliado para vencer la xerostomía
Otra habitual razón del helado en oncología es en los casos de xerostomía, una condición común en pacientes que reciben quimioterapia o radioterapia, especialmente cuando los tratamientos afectan la cabeza y el cuello.
La xerostomía, también conocida como sequedad bucal, no solo es incómoda, sino que también puede dificultar la masticación, deglución y el habla en la vida cotidiana de las personas con cáncer.

El helado, al ser frío y suave, puede aliviar momentáneamente esa sensación de sequedad, estimular la salivación y facilitar la ingesta de otros alimentos.
Por otro lado, su baja temperatura puede resultar útil para reducir el dolor y la inflamación en casos de mucositis, una afección inflamatoria de la mucosa bucal muy frecuente entre quienes están en tratamiento oncológico.