Domínguez acusó, Almeyda se metió, Caruso se desubicó

Venía muy hablado el partido en la semana. Que era “una final anticipada”, que tanto River como Quilmes se jugaban mucho en su periplo en la B Nacional rumbo al anhelado regreso a Primera.

Que el artículo 225 por Jhonatan Maidana iba a ser tal, que este 225 generaría actitudes antideportivas de parte de River, improbables y sólo reales en la afiebrada mente y la lengua siempre picante de un Ricardo Caruso Lombardi que delante de los micrófonos juega el juego que mejor juega y que mas le gusta. Que más le gusta a él, a los que lo entrevistan y a los que creen que las fanfarronerías suman en el perfil de un entrenador.

Un 225 que no fue por un "acting" en la AFA, un resarcimiento económico de nada menos que 450 mil pesos de River para Quilmes por jugar en viernes y no en sábado. Y una breve y muy hablada pelea verbal y gesticular en la zona de los bancos de relevos que terminó con dos entrenadores expulsados y un jugador amonestado sólo porque el árbitro Pablo Lunati no quiso sacarle la roja que el "Chori" Domínguez tranquilamente podría haberse ganado con su provocador gesto y posterior insulto.

Promediaba la segunda etapa cuando Domínguez cayó en el área de Quilmes y ante la negativa del árbitro Lunati de sancionar el claro penal, le gesticuló a Ricardo Caruso Lombardi, con el gesto de que el polémico y mediático entrenador cervecero “había pagado” para que no sancionen el tiro desde los 12 pasos.

Caruso, ni lerdo ni perezoso, optó por responder la acusación y eligió cargar al delantero de River por cómo se acomoda el cabello acompañado de un claro insulto que ponía en duda la virilidad del “Chori”. Todo captado por las más de 60 mil almas que colmaban el Mounumental y las cámaras que captaron lo que tenían que captar.

Matías Almeyda, por su parte, intervino en la discusión y el corolario fue los dos técnicos expulsados y el jugador sancionado/perdonado con tarjeta amarilla.

Terminado el encuentro, Domínguez no habló con los medios ya que los jugadores de River atenderán a la prensa este sábado luego de la práctica en el predio de Benávidez.

El entrenador de Quilmes, Ricardo Caruso Lombardi claro que sí, cómo perderse el encanto de las cámara encendidas y los micrófonos abiertos. Ante ellos, a la controversia con su colega Matías Almeyda la redujo a: "Él se la agarró conmigo, pero son cosas del fútbol, no hay que agrandar". Del Chori, ninguna alusión.

En tanto que el director técnico de River Plate, Matías Almeyda en relación a su expulsión del campo durante el complemento, explicó en conferencia de prensa que "el técnico rival estaba ofendiendo a un jugador mío (Domínguez)" y olvidó que no podía salir "del cuadrado" que limita los movimientos de los entrenadores.

"No tengo más nada que decir sobre ese tema", frenó a los periodistas , sin ánimo de polemizar con el polémico Caruso Lombardi.

Y aquí, donde pasó de todo, aquí no ha pasado nada. De “la final anticipada”, un escándalo más protagonizado por dos pésimos actores como Domínguez y Caruso Lombardi, tan afectos a sumar conductas antideportivas. Esas que solo restan y por las que resta un trabajo muy arduo para desterrarlas de los estadios de fútbol argentinos.


Texto y foto por Sergio Corpacci