Soulfly alma y vuelo metalero

La banda que lidera el legendario guitarrista y vocalista Max Cavalera retornó a la Argentina luego de cinco años y a días del lanzamiento mundial de su octavo disco titulado "Enslaved", previsto para el 13 de marzo. Con un contundente show e implacables covers, Cavalera y los suyos corroboraron que, aunque suene imposible, hay vida después de Sepultura.

Por Canal26

Viernes 2 de Marzo de 2012 - 00:00

Un nombre y un apellido además de una identidad te dan un nombre y un apellido. Aunque parezca o suene una verdad de Perogrullo, Max Cavalera, es más que Max, es un tipo curtido en esto del metal con raíces regionales, brasileñas para centrarnos en espacio. Sí en tiempo hablamos, para el ex Sepultura es tiempo de su combo ya clásico, Soulfly aunque también sea un Cavalera Conspiracy y un Nailbomb sus otros proyectos paralelos.

Esta noche, en un algo despoblado Teatro de Flores, Max - único miembro estable - junto a Tony Campo en bajo (Static-X, Asesino debutando en la formación, David Kindade en batería y Marc Rizzo en guitarras cerca de las 21.20, Soulfly comienza a desatar su arsenal de heavy anglosajón con sonidos tribales de Brasil, su tierra, y una lírica atenta a lo social y a lo político mientras la voz de Cavalera se torna cavernosa, furiosa, siempre por encima de los instrumentos, aunque notable para una garganta curtida en años de heavy y gritos.

Los gritos de los fans que se acercaron seducidos por el ex Sepultura, de gira latinoamericana anticipando lo que será el lanzamiento mundial de su octavo disco titulado “Enslaved”, previsto para el 13 de marzo, se tornan en alaridos cuando Soulfly acomete con Rise of the fallen y enganchar Prophecy, Downstroy , Seek n strike.

Pero lo que desata el primer alarido general, pletórico de felicidad y rewind metalero es Refuse resist del querido y alabado Chaos A.D. del Sepultura que Max y su hermano Igor supieron crear y creer en que estaban cambiando o dando el volantazo regional que el metal a nivel mundial en esa época necesitaba. Y que esta noche necesita la masa reunida en Flores también seguir peleando contra todo por el metal. Y qué mejor oponente musical que otra palada sepultura para enterrarse en un pogo desenfrenado de la mano y a los manotazos con War for Territory.

La guerra musical y aplanadora ya estaba declarada. El Teatro era el teatro de operaciones de una banda montada en un sonido impecable y una actuación implacable detonado y descargando energía metalera y tribalera con Porrada, la intro zumbi – Tribe, No hope no fear, Bring it Troops of doom, antes de hacernos retroceder 21 años (apuesto a que cientos de los aquí reunidos los estaban pariendo en ese lejano 1991 y otros tantos ni gestando). Entonces Arise vuelve a remedar al viejo, querido y Sepultura único que las retinas, tímpanos y mentes atesoran como basal del mejor trash, death y groove metal no venido del gran país del norte o las europas.

Teloneados por sus compatriotas Skin Culture y los locales Plan 4, los Soulfly cumplieron con lo que previamente Max prometiera recordando su anterior paso por tierras argentinas. “Estoy convencido de que será un show espectacular. Volver a tocar en la Argentina después de tantos años me genera expectativas y me trae buenos recuerdos

Max hablaba de 2007, aquí hablamos de 2012, donde en el sprint final detonaron Innerself, No Attitude, Revengeance antes de decir hasta pronto con nada menos que ese himno sepulturero que es Roots, y los bises con Jump y Eye for an eye.

Show espectacular, expectativas saldadas, buenos recuerdos asegurados. Palabras textuales del anterior textual de Max Cavalera.

Así, los Soulfly volvieron, mis prejuicios ñu metaleros vencieron y también me convencieron.

Por Sergio Corpacci