Yoga Rave, una fiesta distinta

Domingo, ocho de la noche, barrio de Palermo, el bullicio de siempre, la calma de nunca como cuando la puerta y la cuadra larga de Groove son antesala de algún evento que esta vez concita la atención de neo hippies, adolescentes, adultos, chicas lindas, maduras idem, veganos con remeras, vegetarianos sin señas particulares.

Porque esta vez la mano viene por otro lado. Hay furor, expectativa, y sobre el boulevard de enfrente, un grupo muy fiestero espera a que el semáforo de paso, mientras agitan una bandera blanca con la que no se rinden de nada sino que están dispuestos a entregarse a todo. Uno cruza al galope blandiendo un sachet de leche, sí leche y de hierro fortificada. Hay alegría y bullicio. Es el huracán que antecede a la calma.

Sí, el huracán que antecede a la calma. Porque poco después del comienzo formal de una nueva edición de la Fiesta de Yoga Rave "la fiesta libre de alcohol y drogas que demuestra que otra forma de divertirse es posible", la calma sobreviene tras una relajante sesión de yoga que nos dejó a todos con ganas de más.

Gamas de ir por más que se traduce en meditación, a las 20.48 y “espalda con espalda” de “quien tengan al lado” según pide el maestro yogui sobreviene el momento de meditación, ese que a los que la practican los sume en territorios conocidos y a los que jamás tuvimos la oportunidad de practicarla, en un mundo de sensaciones.

Gana el silencio, vence la paz sin fecha de vencimiento y es tal el estado de "meditación" o “el arte de no hace nada” como bien pronuncia y anuncia el profesor, que en el sitio donde el pasado domingo sonara Cielo Razzo, hoy es un ambiente celestial con conexión plena al cielo pleno. Sólo se oyen algunos pasos en alguna escalera, retumba algún bocinazo a la distancia.

17 minutos después cuando abrimos los ojos, tras la expansión de conciencia, tras la calma, la concurrencia que en buen número se dio cita en el local palermitano agradece el Yoga y clama por Rave.

Y son los So What Project! dúo integrado por Pucci y Rodrigo Bustos, que además de músicos son productores, técnicos y diseñadores de sonido quienes le ponen la Rave al Yoga presentando su segundo disco, BlossOM (en inglés, blossom significa florecer).

Así mientras Pucci y Rodrigo se entregan a un frenesí de mantras cual Miranda! recitando asanas bajo influjo electrónico, respiramos aire puro, libre de todo humo y degustamos alguna Spirulanja, a la sazón jugo de naranaja, miel y alga spirulina, matizadas con rolls vegetarianos (como la mayoría seguramente somos ahí adentro) o probamos jugo de trigo de pasto orgánico, algún pancito saborizado, alguna empanadita vegana.

Y claro, hay ganas de más So What Projetc, antes de otro momento de yoga, de otro momento de meditación.

De más Ommmmmmmmm mientras se consumen distintos tragos, otros bocados en un domingo distinto al ritmo de una fiesta distintiva, con gente distinta que quiere divertirse, y relajarse y vaya si lo consigue gracias al yoga, la meditación y la buena alimentación.

Todo en el cierre de una semana donde quienes bregan por una vida plena, feliz y espiritual continuaron padeciendo los embates de los sectarios "periodísticos" que no escatiman medios ni sus propios medios para denigrar a quienes nada tienen que ver con la plabara secta y solo buscan paz verdadera, verdaderamente para todos, y sin sectarismos.

Por Sergio Corpacci