A lo Yiya Murano

Nacha Guevara interpretará en un unitario de TV el caso de la mujer que envenenó a otras tres...

...y fue llevada a juicio, aunque nunca confesó y quedó en libertad por falta de pruebas

Yiya Murano o Maria de las Mercedes Bernardina Bella Aponte, tal su verdadero nombre, dio el visto bueno para que se recreara su caso en el programa de Pol-K “Mujeres asesinas”.
La mujer fue acusada de haber envenenado a tres mujeres y llevada a juicio por homicidio pero nunca confesó. Fue absuelta en primera instancia, el juez alegó que había dudas insalvables. Tres años después, la Cámara de Apelaciones evaluó los indicios de manera diametralmente opuesta y la condenó a cadena perpetua.

Desde que se conoció, la historia de Yiya dio que hablar. El sábado 10 de febrero de 1979 Nilda Gamba comenzó a sentir dolores agudos en el estomago y náuseas. El médico que la atendió le pronosticó intoxicación y ella recordó (al médico) haber tomado el té con Yiya. Murano se ofreció a cuidarla. Por la noche, empeorando, entró en estado de coma y el domingo falleció.

Yiya buscó al doctor Tomer, el primero que la atendió, con el fin de que firmara el certificado de defunción. El médico se negó alegando que él no había sido el último en atenderla. Ante tal inconveniente, Yiya se dirigió al medico de la cochera, quien sí aceptó el trámite a cambio de una propina. La causa de muerte según el certificado fue: paro cardíaco no traumático, fórmula que evita la autopsia.

Días más tarde cuando debía devolver el dinero a Chicha, Yiya fue a su casa a tomar el té y a tranquilizarla. Según ella convinieron en encontrarse esa misma noche. Cuando Yiya y las otras amigas fueron a buscarla, nadie contestaba. El 22 de febrero los vecinos del edificio denunciaron a la policía que del departamento ocupado por Chicha salía un olor penetrante y que nadie contestaba el timbre. Al forzar la puerta encontraron el cadáver sentado frente a la tv, a su lado restos de pescado, una taza con un poco de té. También en este caso el médico de la funeraria extendió el certificado de muerte: infarto de miocardio no traumático.

El 24 de marzo, Mema del Giorgio Venturini sintió náuseas y un profundo malestar. Desfalleciente, se arrastró hacia el pasillo del edificio, pero presa del vértigo perdió el equilibrio y cayó haciendo ruido, el cual escucharon los vecinos y acudieron a socorrerla. En ese momento llegaba Yiya quien preguntó a los vecinos si Mema había dicho algo antes de perder el conocimiento. De camino al hospital en la ambulancia, al fallecer la víctima le preguntó al medico si seria necesaria la autopsia.

El propio hijo de Yiya la entregó a la policía pero a los tres años de estar detenida, salió en libertad porque nunca había confesado y si bien todas las pruebas apuntaban en su contra, no hubo testigos directos de los crímenes.