Un niño brasileño resultó ileso tras permanecer seis días en un pozo

Tiene nueve años y fue rescatado el 25 de diciembre de una fosa de veinte metros de profundidad en la que cayó accidentalmente. Durante los días que estuvo allí sólo bebió agua de lluvia. "Es un milagro que no puede expresarse con palabras", manifestó su padre.

El menor Thiago Souza desapareció el pasado 19 de diciembre mientras regresaba a su casa en Guarulhos, municipio vecino a Sao Paulo, después de llevar el almuerzo a su padre, que trabajaba en una finca rural de la zona.
El cuerpo de bomberos lo buscó infructuosamente durante dos días y, cuando apenas quedaban esperanzas de hallarlo con vida, sus familiares lo encontraron dentro del pozo el día de Navidad.

"Pensé que iba a encontrar a mi hijo muerto. No tenía esperanzas de encontrarlo vivo", dijo la madre del menor, Vanda Souza.

Familiares del menor dijeron que el día de Navidad salieron a buscar al niño por cuenta propia y escucharon su voz que salía de un agujero cubierto casi completamente por la hierba.

Tras descubrir el pozo en el que había caído le pidieron esperar con calma la llegada de los bomberos, que horas después lo sacaron del lugar y lo ingresaron en el Hospital General de Guarulhos, donde los médicos dijeron que su estado de salud es bueno pese a que sufre una deshidratación aguda y algunos rasguños.

"Es un milagro que no puede expresarse con palabras", manifestó su padre, el agricultor Benedito Aparecido Souza, que tiene otros diez hijos.