Polémica por un crucifijo
Un juez italiano que se rehúsa a tener un crucifijo colgado en su sala de audiencias fue suspendido y sin salario.
Este es el más reciente incidente que analizan las autoridades judiciales por una ley cuyo origen se remonta a la época fascista, que requiere que el crucifijo cristiano esté colgado en todas las cortes y escuelas estatales italianas.
La exhibición obligatoria de crucifijos en las cortes y escuelas públicas italianas se implantó hace 80 años pero no siempre se cumple estrictamente en las aulas de clase.
Italia es una nación abrumadoramente católica, y las disputas entre no creyentes y aquellos que quieren reafirmar las antiguas raíces y tradiciones cristianas del país, están empezando a ser noticia por primera vez.
El involucrado es el juez Luigi Tosti que vive en Rimini, en la costa adriática italiana. En diciembre pasado fue sentenciado por una corte por rehusarse a trabajar en una sala de audiencias con un crucifijo expuesto en la pared. Se le impuso una condena suspendida de siete meses de cárcel.
Recién esta semana se le informó que había sido suspendido de su trabajo sin salario hasta nuevo aviso, por fallo del máximo tribunal judicial del país.
Pero Tosti ha apelado la decisión. "Esto es discriminación religiosa y va en contra de la libertad de creencias consagrada en la constitución italiana", dijo.
El juez dijo que tiene simpatía por el judaísmo y que ha pedido permiso para colocar una menorah o símbolo religioso judío, en vez del crucifijo, pero que las autoridades le habían negado la autorización.