Hace 18 años

Es el aniversario del fallecimiento de ese gran creador y músico argentino que se llamó...

..., y se llama, Miguel Abuelo. Los Abuelos de la Nada surgieron de una mentira piadosa de Miguel, quien en compañía del periodista Pipo Lernoud se presentó al productor artístico Ben Molar en las oficinas de la discográfica Fermata, a fines de los ’60, cuando el rock cantado en castellano empezaba a ser negocio para algunos empresarios.

De esa forma y en ese clima improvisado, Claudio Gabis, Kubero Diaz, Pappo, Miguel Cantilo y Jorge Pinchevsky, entre otros, fueron pasando por la banda durante los primeros tiempos, aunque las grabaciones registradas en un sello independiente no tuvieron mayor difusión.

Luego de un extenso período en el que transitó por Bélgica, Inglaterra, España y Holanda, "el Abuelo" conoció a Cachorro López, un bajista argentino que tocaba en un grupo jamaiquino de reggae: Jah Warriors.

Junto con Cachorro, Miguel reflotó la idea de reclutar a Los Abuelos de la Nada. A principios de los ’80, el conjunto se completó con el guitarrista Gustavo Bazterrica (ex La Máquina de Hacer Pájaros), el baterista Polo Corbella (ex Bubu), el saxofonista Daniel Melingo y el tecladista Andrés Calamaro (ex Raíces).

Casi de inmediato llegó la etapa más conocida de la agrupación, con la salida del primer álbum homónimo (1982) y la difusión radial de temas como "No te enamores nunca de un marinero bengalí", "Sin gamulán" o "Tristeza de la ciudad". Luego le siguieron: "Vasos y besos" (1983), "Himno de mi corazón" (1984), "Los Abuelos en el Opera" (1985), "Cosas mías" (1986), producciones que también marcaron la idílica relación entre la banda y el público que continuó hasta la última presentación en vivo en septiembre de 1987, en el teatro Opera.

"Yo soy el rock", señaló Miguel en una oportunidad, y la frase lejos de ser pretenciosa, se convirtió en un símbolo que determinó la vida de un hombre que terminó de alimentar su leyenda, en la tarde del sábado 26 de marzo de 1988, cuando el Síndorme de Inmuno Defeciencia Adquirida (Sida) lo debilitó tras una operación de vesícula y su corazón dejó de latir.