¿Errónea?

La imagen de Jesús en la cruz, símbolo por antonomasia del cristianismo, puede ser errónea,...

...según un estudio publicado por una prestigiosa revista científica británica en su número de abril, que subraya la falta de pruebas de que Cristo fuera crucificado de esa forma.

La imagen que ha atravesado los siglos -un hombre clavado en una cruz por pies y manos, con los brazos extendidos y la cabeza en alto- nunca ha sido probada científicamente, según el "Journal of the Royal Academy of Medicine".

"Las pruebas disponibles muestran que las personas eran crucificadas en diferentes posiciones y que se usaban también diferentes medios para colocarlos en la cruz", sostiene el nuevo estudio, realizado por los científicos Piers Mitchell y Matthew
Maslen, de la Facultad de Medicina del Imperial College de Londres.

Mitchell y Maslen argumentan sus conclusiones con un cuidadoso análisis de todos los estudios y documentos disponibles sobre las causas médicas de la muerte de Cristo.

Según ambos científicos, las técnicas de crucifixión eran muy variadas, pese a que todas ellas causaban el mismo fin: la muerte del ajusticiado.

"Las víctimas no eran colocadas necesariamente con la cabeza en alto, ni tampoco eran sostenidas con clavos en los pies, clavados de delante hacia detrás", explican los científicos que, subrayan, no duda de la crucifixión de Jesús sino de la forma en que ésta pudo ser llevada a cabo.

Las cruces se colocaban en todas las posiciones, con los ajusticiados a veces boca abajo, atados con cuerdas y no con clavos, que, en cambio, eran utilizados en sus genitales.
"Si el reo era crucificado con la cabeza en alto se le podía poner un peso encima para prolongar el suplicio" de la víctima, precisan los científicos.

Desde el punto de vista arqueológico se dispone sólo de una prueba de los diferentes métodos de crucifixión empleados en la época de Jesús, que fue encontrada en Israel.

Esa prueba es un esqueleto con un clavo de 11,5 centímetros plantado en sus pies que, según una inscripción hallada en un osario cercano, fue en vida un hebreo llamado Yehonanan Ben Hagkol.

Por el contrario, en el esqueleto no hay señal alguna de clavos en los puños y en los brazos.