Estefanía Pigazzi: “Mi hombre ideal siempre está a punto de sorprenderme porque aun no lo conocí”

A los 17, llegó de Lobos a conquistar la gran ciudad munida de una valija y un montón de sueños por cumplir. Ocho años después, aquella chica tímida e irresponsable se convirtió en una consagrada modelo top que seduce con sus ojos azules y su sonrisa diáfana.

“La Estefanía que llegó a Buenos Aires de Lobos era mas tímida, no era tan tranquila, ni tan responsable. No sabía un montón de cosas: conocerme, elegir cosas desde mí y ser independiente”, confiesa sonriente.

“De todas estas cosas me di cuenta en los momentos en que me sentí muy cansada y muy estresada por trabajar tanto. Ahí decidí que no iba a vivir para trabajar, sino al revés. Y que necesitaba pasarla bien en mi vida”.

Dice que su límite laboral llega cuando se da cuando que está muy cansada, cuando hace una foto y no sabe qué cara poner. Entonces, no lo duda y busca refugio: en los viajes, en sus amigas, en Lobos, el pueblo donde nació y creció. Además le encanta mirar buen cine y le molesta mucho la mentira y dormir mal.

Su hombre ideal, cuenta, está a punto de sorprenderla porque aun no tiene idea de cómo es. “A cada hombre le miro lo mejor que tiene. Si me gusta es porque en algún punto me sorprendió y al no tener estereotipos digamos que hago una vista panorámica y de ahí en más, veo”.