Luchar contra el "paco": madres de chicos adictos se unen para ayudar a sus hijos

Un grupo de madres de chicos que consumen pasta base, la droga conocida como "paco", comenzaron a organizarse en distintos barrios porteños para evitar la expansión de esta sustancia y reclamar tratamientos para sus hijos, en medio de la desesperación que les provoca el deterioro físico y psicológico de los chicos.

Las madres comenzaron a formar un movimiento social similar al de "Madres de la Plaza" de la ciudad uruguaya de Montevideo que pide a las autoridades la desarticulación de las bocas de distribución de la droga, movimiento que se formó hace tres meses, luego de que un padre mató a su hijo que le robó para comprar la pasta base.

"Somos un grupo de madres de Ciudad Oculta que nos organizamos para trabajar contra la pasta base en el barrio; yo por mis propios medios empecé a llevar chicos a internar", dijo a Télam María Rosa Giménez, madre de un joven que consumía pasta base.

"Interné a mi hijo de 21 años el 17 de agosto último y empecé a trabajar al día siguiente hablando con los chicos y con otras madres", dijo.

La pasta base está compuesta con los deshechos de la cocaína y con hidrocarburos, kerosenes y ácidos que la convierten en una droga altamente nociva. "Es una droga del grupo de los estimulantes, y como tiene una cantidad mínima de clorhidrato de cocaína, lleva a fumar más y más para que produzca efectos importantes", dijo Alberto Calabresse, docente, investigador y asesor del Fondo Ayuda Toxicológica.

"Además, el problema es que después del consumo, se produce una depresión y para evitarla se vuelve a fumar; entonces se fuma más para que produzca efecto y se vuelve a fumar para evitar la depresión", añadió.

El especialista destacó que "al pasar en forma permanente de la euforia a la depresión y viceversa, se produce una compulsión en la que la persona empieza a olvidarse de sí mismo, no come, no se preocupa por su salud, está en otra".

Por su parte, Giménez dijo que en su barrio "se ve mucho, es como comprar cigarrillos en el kiosco", y comentó que los barrios más afectados son Ciudad Oculta, Soldati y Bajo Flores. "A mí me interesa recuperar a los chicos, y por eso necesitamos lugares para que se rehabiliten, que sean aptos para tratamiento", expresó.

En este sentido, destacó que "el otro día nos derivaron a un lugar donde llevé un chico, pero lo tuve que traer porque no era para él, era un psiquiátrico para la tercera edad, y además querían medicarlo enseguida, sin ninguna evaluación", expresó. Contó que cada vez son más mamás las que forman la red, que piden auxilio, que buscan llevar a sus hijos a realizar un tratamiento, "pero no hay lugares", señaló.

Recordó que una mamá "no quería saber nada porque el chico le vendió todo, pero no hay que bajar los brazos ni pegarles, están enfermos, cuando están en eso no saben lo que hacen, están confundidos, están en otra". Esta mamá puntualizó que "acá se trata de trabajar con los jóvenes, porque también hay un grupo que colabora" y señaló que comenzó a pedir ayuda y recursos al gobierno porteño.

María Rosa insistió: "Pedimos recursos para acceder a granjas para rehabilitación, que el gobierno nos dé la posibilidad de abrir lugares", y enfatizó: "si no trabajamos rápido el futuro está perdido". En este marco, voceros de la Coordinadora de Políticas Sociales del gobierno porteño precisaron que están "realizando encuentros de reflexión para ver cómo abordamos este tema y elaborar junto con las madres y jóvenes de los barrios un plan integral de lucha contra la pasta base".

Reconocieron que el "paco" "crece sobre todo en los barrios populares y a nivel terapéutico hay un retraso grande; el sistema de salud no está preparado todavía para esta adicción".

En tanto, el nucleamiento de madres uruguayas contra la pasta base salió "a la calle a reclamarle al gobierno soluciones", dijo a Télam Rocio Villamil tras destacar que "asumimos la adicción de nuestros hijos e involcramos a la sociedad en esta problemática".

¿Cómo combatirlo? Por un lado las madres buscan ayuda, contención, lugares de tratamiento; por otro los expertos hablan de carencias sociales. "El tema tiene tres patas, una es la promoción social y cultural, la otra es educativa donde uno aprende a valorarse y discernir lo que me sirve de lo que no me sirve, y la tercera es referida a la salud, a la atención primaria, al acceso a los sistemas de salud", dijo Calabresse. (Télam).-