Cómo sobrevivir a una suegra y no morir en el intento
La cultura popular dice que son entrometidas, manipuladoras, indeseables, se las llama "brujas" y son objeto de innumerables chistes, como aquél que dice que el diablo creó a las suegras porque no podía estar en todas partes.
Más allá del mito y de las bromas, también hay otras personas que las consideran como una "segunda madre" y las hacen mediadoras en los conflictos de pareja e incluso les dan la responsabilidad de intervenir en la crianza de sus hijos. Sin embargo, ni un extremo ni otro parecen ser los adecuados. “Hay que establecer límites y las decisiones de su participación deben ser consensuadas dentro de la pareja”, advierte la licenciada Estela Serrano.
Competencia de Género
Algunos piensan que la suegra del yerno es la más conflictiva y otros que la suegra de la nuera. No hay verdaderos estudios sobre este tema. Cuando los conflictos son más frecuentes entre la nuera y la suegra se debe a una competencia de género. Ambas luchan por ser "mejor mujer" y atender ‘mejor’ a esta figura que las dos quieren.
Miedo de perder al hijo
Una de las cosas que está clara es que hay una disputa de poder. Estas relaciones de poder pueden darse por el miedo de la madre a perder al hijo o a la hija; relaciones de poder y dominación, cuando la familia no se ha independizado económica o emocionalmente, crean una gran dependencia y esto otorga un poder a los padres del cónyuge.
Pautas culturales
La mujer es la transmisora de la cultura y entonces cada familia posee pautas culturales y relaciones distintas. La suegra cree que el modelo que porta es el mejor modelo y cuando estos patrones se enfrentan con los que trae el cónyuge de la hija o el hijo, se genera un conflicto.
Dependencia emocional
Hay hijos que aunque vivan lejos o no estén viviendo bajo el mismo techo de los progenitores y tal vez sean independientes económicamente, siguen emocionalmente vinculados a sus padres y la opinión, en especial de la madre, sigue siendo más poderosa que la que se genera en su nuevo núcleo familiar.
Límites
Hay que fijar límites claros y flexibilizar las relaciones. Es decir, definir hasta dónde voy a permitir que mi suegra o suegros decidan sobre mi vida. No se debe entrar en competencias absurdas para ver quién educa o quién cocina mejor. Esto lleva a conflictos de escaladas simétricas que provocan roces. Y ocurre cuando el esposo entra en competencia con el hogar de la mujer o al revés.
Lo positivo
Hay que fijar límites claros y flexibilizar las relaciones. Es decir, definir hasta dónde voy a permitir que mi suegra o suegros decidan sobre mi vida. No se debe entrar en competencias absurdas para ver quién educa o quién cocina mejor. Esto lleva a conflictos de escaladas simétricas que provocan roces. Y ocurre cuando el esposo entra en competencia con el hogar de la mujer o al revés.
La suegra puede convertirse en figura muy positiva. Ella puede apoyar en el cuidado y la crianza de los nietos. Sobre todo porque tiene la sabiduría de la experiencia, y cuando se establecen muy buenas relaciones con la pareja del hijo o de la hija puede ser la portadora de información importantísima y convertirse en una fuente de apoyo no sólo instrumental, sino también emocional.
Los nietos
La suegra no debe descalificar la educación de los padres y ahí hay que establecer límites. En cuanto tengamos esos límites claros, las relaciones pueden ser mucho más positivas.
Las críticas
Dentro de la pareja hay que evitar las críticas mutuas de las familias de origen. Por ejemplo, sentencias como: "o tu madre o yo", o "vamos a tal lugar, si no nunca más voy a la casa de tu madre". Esas situaciones límite no ayudan en la confrontación de la pareja. Lo mejor es llegar a acuerdos.
La suegra no es la segunda madre. Algunas familias quieren que se las llame mamá o papá. Ésta es otra intromisión, porque los roles están establecidos. Tenemos los padres reales, afectivos, y a la suegra se la puede respetar muchísimo por el sólo hecho de ser la madre de mi esposo o esposa, pero ese vínculo maternal que ella pueda tener conmigo no se da de la noche a la mañana. Es algo que se construye durante la vida.
Según los expertos, muchas peleas en el matrimonio son causadas por la madre de tu cónyuge. Generalmente cuando se habla de suegras, escuchamos a los hombres quejarse con más regularidad que las mujeres, pero el desafío es el mismo para ambos. Sin embargo, existen diferentes tipos de suegras y hay soluciones para lidiar con cada una de ellas:
La “Necesitada”. Eres una amenaza para ella, teme que le robes la atención de su hijo. Por eso, diariamente llama a pedir favores. Se preocupa de todo, ¡hasta de que comió su hijo hoy!
Solución: Para que se sienta necesitada, cuéntale algunos de tus problemas y pídele sus consejos. Al preocuparse de ti, olvidará el miedo de perder a su hijo, porque siente que ha ganado una nueva hija.
La “Aristócrata”. Critica todo porque nadie está a su altura o al nivel que su hijo merece. ¡Es tan perfecta que hasta no parece humana!
Solución: Viste conservadoramente en su presencia, pero tampoco cambies tu estilo completamente porque nunca cumplirás con sus estándares. Impresiónala con temas de su interés. Por ejemplo, háblale de museos, política, etc.
La “Anticuada”. Da la impresión de que es muy fácil llevarse bien con ella, pero puede ser muy insegura porque siempre ha sido ama de casa y se siente desconectada del mundo externo. Teme que no la incluyan en la vida tan ocupada que tú y su hijo llevan.
Solución: Háblale de tus experiencias diarias para que se sienta que la incluyes en tu mundo exterior. Nunca se te ocurra dejarle saber tus pensamientos liberales.
La “Hippie”. Es tan liberal que sus historias de juventud te recuerdan a tus amistades locas. Aun siendo una mujer muy abierta, siempre protegerá a su niño y constantemente tienes que demostrar que eres buena para él.
Solución: Aunque te hagas su amiga, no le dejes saber todo tu pasado y nunca critiques a su hijo frente a ella. Tampoco hables de los planes a largo plazo que tienes con él, porque quiere que su hijo sea un espíritu libre como ella.
La “Triunfadora”. Aparenta ser muy segura, porque ha sabido manejar una familia y una profesión a la misma vez. Sin embargo, se siente insegura porque piensa que ha fallado un poco en el papel de madre.
Solución: Cuando la trates, imagínate que estás en una entrevista de trabajo en la cual tienes que hablar de tus metas y ambiciones. Dile que admiras cómo maneja el tiempo tanto en su profesión como con su familia y quieres aprender sus métodos.