Mariano Martínez: los amores de un galán insaciable

Dejó de ser el chico de moda para convertirse en un actor consagrado. Martínez no sólo se consolidó en su carrera sino que además, demostró que bien ganado tiene su mote de eterno seductor. Es que el joven ya conquistó a las mujeres más deseadas de la Argentina y ahora aprovechando la soltería, su último affaire lo tuvo con Luli Pizarro, la modelo y cronista del programa Tendencia que sedujo al mismísimo Mick Jagger. No se pierda la Galería de fotos.

En su archivo, la lista es larga. Mariano sabe que “la pinta”, no es lo de menos y hace uso y abuso de su rol de galán carilindo y seductor. Gradualmente y de manera paulatina, Martínez fue seduciendo una a una a las chicas más deseadas de la argentina.

Primero fue el turno de Pamela Rodríguez, una ex Jugate Conmigo, cantante y compañera de elenco en la tira “Gasoleros”. Cuando el amor se fue por la ventana, le llegó el turno a la actriz santafesina Lola Ponce, quien actualmente vive en Europa y se dedica a la comedia musical.

Kloosterboer y Mariano, trabajaron en Son Amores, y le hicieron honor al nombre del programa, enamorándose. Hasta que el amor, terminó y él se fue en brazos de la actriz Luisana Lopilato, ex Erreway.

Tras separarse de la chica de Parque Chas (con devolución de anillos de compromisos incluida) a Mariano se lo involucró con varias famosas. La primera, Jessica Ciro, con quien él salió a desmentir los rumores. Luego fue el turno de su “amiga” Agustina Cherri, hasta que días atrás, a Martínez se lo vio en el boliche Rumi de Nuñez.

En esa oportunidad, la modelo y cronista Luli Pizarro y el galán coincidieron en una fiesta y según los testigos se fueron a pasar la noche juntos. Tras separarse de la actriz Luisana Lopilato, el galán se convirtió en un verdadero chico de la noche ya que no hay evento al que no asista.

Ella es habitué del lugar y llegó sola en un taxi para instalarse en el VIP. Al rato, entró Martínez y se adueñaron del lugar, donde aprovecharon para sacarse fotos con sus celulares de última generación, bailaron acaramelados y conversaron sobre sus futuros proyectos laborales. Testigos indican que además, intercambiaron apasionados besos.

A las cinco de la mañana, y con cinco minutos de diferencia, cada uno salió por su lado, aparentando irse por su cuenta para no levantar sospechas …