Viruta al piso

La celebración del Día Nacional de Tango, que incluyó recitales gratuitos en bares, calles y plazas, se extendió ayer hasta casi la medianoche y tuvo una alta participación de turistas.

"Nunca había visto bailar tango tan de cerca y de esta forma. Es fascinante, aravilloso", dijo a Télam Joanne Lee, una australiana de 23 años, en su primera visita a Buenos Aires, de paso para unas largas vacaciones en Brasil.

La turista fue una más entre los centenares de personas que cerraron la jornada de celebraciones en el museo Casa Carlos Gardel, en el porteño barrio del Abasto, donde hubo espectáculo gratuito de canto y baile en la calle hasta bien tarde.

"Me enteré del Día del Tango leyendo una revista en el avión. Me dieron ganas de aprender a bailarlo. Cuando regrese a Sydney voy a buscar una escuela", añadió la visitante.

En cambio, su acompañante, Markus Gyger, un alemán de 26 años oriundo de Leipzig, sí sabe bailar tango, pero aclaró que "en Europa no se hacen estos movimientos; la música es la misma pero el estilo es diferente".

"Ya había visto bailarlo así en Caminito y en San Telmo, y ahora quiero aprenderlo así", dijo Markus.

Quienes de ese modo los entusiasmaron eran nada menos que Gisela Galeassi y Gaspar Godoy, ganadores del Primer Campeonato Mundial de Tango en la categoría Escenario, en Buenos Aires en 2003 y estrellas del hotel Abasto Plaza, que ya brillaron en el

Teatro Colón y en festivales de Tango de Francia y Uruguay.

La pareja ofreció bellísimas coreografías, de una alta exigencia física y sin embargo resueltas con elegancia y plasticidad en poético contraste con los rústicos adoquines de

Jean Jaurés al 700 que le sirvieron de pista para, entre otros clásicos, una Cumparsita que dejó al público embelesado.

Previamente habían actuado el Dúo Gatti-Zapata, intérpretes y compositores del espectáculo "Mal de amores", que ofrecen en el Bar Tuñón; y Lucrecia Merico y Valeria Shapira, "Las minas del tango reo", émulas de Tita Merello y su estilo cómico arrabalero, en temas como Niño bien, Se dice de mí y La Pipistrella.

"Hoy hubo entre 30 y 40 por ciento de turistas, pero habitualmente recibimos 70 por ciento de público extranjero: la mitad europeo o norteamericano, la otra mitad latinoamericanos que conocen bien el tango y a Gardel por el cine", dijo a Télam

Horacio Torres, de 37 años, coordinador del museo del "Zorzal".

La Casa Carlos Gardel recibió ayer a 394 visitantes, que pudieron apreciar la exposición "Gardel, Magaldi y Corsini. Trío de Tango", en visitas guiadas, otra forma de celebrar el día de la música de Buenos Aires.

La vivienda de Jean Jaurés 735 fue la única propiedad que Gardel compró y lo hizo para su madre y en el Abasto, de modo que, según los estudiosos, revela mucho de sus códigos sociales.

"No es un palacete. Es una casa de clase media, con su taller de costura", detalló Torres.

En otros momentos destacados de la jornada de celebración, Susana Rinaldi ofreció un recital en el bar "Esquina Homero Manzi", en San Juan y Boedo, y la Orquesta de Tango de la Ciudad actuó en Plaza de Mayo.

La agrupación, que dirige Raúl Garello, interpretó Verdenuevo, Negracha y Buen Amigo, y luego, con la voz de Guillermo Fernández, Carnaval,Toda mi vida y A Homero.

El Día Nacional del Tango fue instituido en 1977 a propuesta del poeta Ben Molar para recordar los nacimientos de Gardel, en 1890, y del director Julio de Caro, en 1899.