A Nora Dalmasso la mataron tras un momento de sexo y descontrol
El médico santafesino Mario Vignolo, quien fue supervisor de la autopsia realizada al cuerpo de Nora Dalmasso, la mujer estrangulada en su casona del barrio Villa Golf de Río Cuarto, aseguró que el homicidio 'no fue premeditado', y dirigió sus sospechas a un 'conocido' de la víctima.
El perito evaluó que el autor del crimen puede ser 'un conocido que se descontroló', y añadió que los signos de violación que podrían encontrarse en el cuerpo de la mujer 'son débiles'.
'El crimen fue cometido por alguien que conocía a la víctima y no fue premeditado', afirmó Vignolo.
Vignolo, que fue convocado a trabajar en el caso por el fiscal general de la provincia de Córdoba, Gustavo Vidal Lascano, manifestó que lo hizo 'en una segunda instancia de la investigación y para evaluar si lo que se había hecho hasta ese momento estaba bien, ya que habían surgido muchos cuestionamientos sobre la autopsia'.
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'La autopsia fue realizada por tres profesionales de mucha experiencia (Virginia Ferreyra, Martín Subirachs y Guillermo Mazzucchelli) que trabajaron en forma muy idónea, tanto que se logró determinar rápidamente la causa, el mecanismo y la data exacta de la muerte', explicó el médico.
Además, el perito forense expresó su convencimiento de que el asesino es alguien conocido o del entorno íntimo de Dalmasso, y agregó que la autopsia lo hizo considerar que el homicidio 'no fue premeditado'.
En ese sentido, Vignolo reseñó que 'no hay signos de violencia física de reducción del cuerpo, de pelea o de defensa en la víctima', y añadió que 'las lesiones son propias de una relación sexual un tanto violenta, pero no de una violación'.
En ese marco, según su opinión, 'pareciera que durante el acto sexual o inmediatamente después hubo una discusión que motivó al asesino a manotear la bata y asfixiarla.
'Si hubiera sido premeditado, es más probable que el arma empleada no habría sido una bata, que fue lo que encontró a mano', dijo.
Vignolo especuló que, a raíz de esa hipotética discusión o situación violenta, el asesino 'perdió el control'.
'El homicidio parece haber sido algo espontáneo, el epílogo de una relación sexual entre conocidos, más allá de si fue consentida o no. Por lo hallado en la escena del hecho y algunos signos registrados en el cadáver, podría decirse que esta tuvo una cuota de sadismo superficial', remarcó.
Al mismo tiempo, consideró que 'esa cuota de sadismo podría haber sido el desencadenante de la discusión, previa al crimen, entre víctima y victimario'.
Para el perito, el crimen está 'encuadrado en lo pasional', y el asesino 'pudo haber estado bajo efectos de drogas o alcohol porque, por la forma en que cometió el homicidio, no tenía control de sus impulsos'.
Al ser consultado sobre la prueba de ADN que no pudo reconstruir el patrón genético del hombre que mantuvo relaciones con Dalmasso, el especialista indicó que 'pudo haber una eyaculación incompleta o que los espermatozoides se hayan desintegrado antes de la extracción'.
Sin embargo, el forense descartó que el cadáver pueda arrojar 'más pistas de las analizadas en la primera autopsia'.
'La exhumación no tiene mucho sentido, incluso con los forenses sugerimos que no se hiciera. Además, el FBI no siempre trabaja mejor que el Ceprocor, más allá de que tiene otra tecnología. De todos modos, ahora se están haciendo pruebas sobre cabellos, pero no se puede garantizar que se llegue a detectar lo que en los fluidos ya se buscó', señaló.