Vértigo en el Gran Cañón del Colorado

En el atractivo turístico se construyó una vitrina que permite a los visitantes mirar 1.200 metros al abismo a sus pies. La herradura de cristal y acero se extiende 21 metros más allá del borde del cañón sin soportes visibles encima o debajo.

El Skywalk (algo así como caminata en el cielo) ha sido elogiado ya como una maravilla de ingeniería debido a su concepción.

Por 25 dólares (cerca de 55.000 pesos) los visitantes podrán mirar directamente al suelo del cañón, desde una altura mucho mayor que los edificios más altos del mundo.

Los indios hualapai, que viven cerca de este lugar del oeste de Estados Unidos, le permitieron a un contratista de Las Vegas construir el Skywalk -que costó 30 millones de dólares- con la esperanza de crear una atracción única en su parte del cañón.

Líderes tribales esperan que el público acuda en grandes cantidades al lugar, desafiando el escarpado terreno, para caminar por el mirador transparente. El Skywalk, esperan, se convertirá en la pieza central de una industria turística que incluye giras en helicóptero, balsas en los rápidos del río Colorado, un pueblo de vaqueros y un museo de réplicas de casas indias.

El mirador, que se abrirá al público el 28 de marzo, ha causado un debate dentro y fuera de la reservación indígena. A muchos hualapai les preocupa perturbar tumbas ancestrales cercanas, mientras que ambientalistas han acusado a la tribu de transformar el cañón en una atracción turística.

Líderes hualapai dicen que ellos consideraron todas esas preocupaciones durante años antes de aceptar la construcción del mirador. Con una tercera parte de los 2.200 miembros de la tribu viviendo en la pobreza, el gobierno tribal decidió que necesitaba el dinero del turismo.

"Con tanto desempleo y tanta pobreza, tenemos que hacer algo", dijo Sheri Yellowhawk, una ex concejal de la tribu que supervisó el proyecto. "Es una buena idea". El empresario de Las Vegas David Jin puso el dinero para construir el Skywalk.

Yellowhawk dijo que Jin dará el mirador a los hualapai a cambio de una parte de los ingresos. Según el arquitecto Mark Johnson, el Skywalk, cuya construcción duró dos años, soportará el peso de varios centenares de personas.

160 kilómetros por hora es la velocidad de los vientos que la nueva pasarela sobre el Gran Cañón del Colorado resiste.