Por primera vez, empresa admite venta de facturas irregulares a Skanska
La empresa Cunumí SA reconoció que Skanska le compró facturas para ocultar el pago de coimas y se convirtió así en la primera empresa en admitir una irregularidad de esta índole, en el marco de la causa que investiga en posible pago de coimas en la ampliación de dos gasoductos.
Raúl Nicolás Orsini, titular de la firma, declaró ante el juez Guillermo Montenegro y reveló que en 2005 lo fueron a ver directivos de Skanska y le propusieron la venta de nueve facturas por un trabajo que otras compañías iban a hacer, supuestamente, pero que por diversas razones no podían facturar. Cunumí se habría quedado con un porcentaje a cambio de ese servicio.
Según describieron fuentes judiciales a un matutino porteño, la declaración fue “importante”, por lo que se podría esperar en las próximas horas que haya nuevos allanamientos en la causa.
Las fuentes adelantaron que lo dicho por Orsini condice con las respuestas de otras personas relacionadas con sociedades que, como Cunumí o la tan nombrada Infiniti Group, que comparecieron en los últimos días en los tribunales de Comodoro Py. De estos testimonios, de los entrecruzamientos de llamados telefónicos entre los imputados y de la ruta que siguieron los cheques con los que Skanska pagó estas facturas, se desprenderían los allanamientos que está por disponer el juez Montenegro.
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Las facturas apócrifas tienen un rol importante en el caso, ya que la multinacional sueca reconoció que mediante esos comprobantes justificó contablemente la salida de $ 17 millones. Esa cifra se fue en “comisiones indebidas” durante una ampliación de gasoductos promovida desde el ministerio de Planificación.
Skanska usó 118 facturas de 23 sociedades distintas, entre ellas Infiniti Group y Cunumí. La primera de ellas fue pionera a la hora de vincular esta operatoria con coimas a funcionario públicos, mientras que la otra facturó $ 854.133,98, según se concluye en una resolución del otro juez del caso, Javier López Biscayart.
