Trozos de meteorito caído en Perú se venden on line
Un congresista peruano pidió que se investigue a los policías de una comisaría de Carancas, acusados por de venderle a un estadounidense restos del fragmento del meteorito que cayó en la zona, el 15 de septiembre pasado, ya que ahora se lo considera un patrimonio nacional
"No es verdad que haya robado parte del meteorito. Yo pagué más o menos 1.000 dólares [unos 700 euros] por los 300 gramos de meteorito, dividido en unos 100 fragmentos", declaró a los medios peruanos Michael Farmer, un estadounidense que ofrece trozos de meteoritos a través de su página web.
Él asegura que llegó a Carancas el 29 de septiembre y fue la policía, que estaba a cargo de custodiar el cráter, la que lo llevó al lugar en sus propios vehículos. Añadió que antes de que él llegara ya se habían sacado unos 30 kilogramos de material, y que buena parte de los fragmentos se los había llevado la policía y los mismos pobladores, con la intención de venderlos. Luego, Farmer salió de Perú el 2 de octubre, sin que nadie advirtiera que se llevaba los restos del aerolito.
Ronald Woodman, presidente del Instituto Geofísico de Perú, fue quien advirtió de la presencia de los cazadores de restos que podrían perjudicar futuras investigaciones en el sitio.
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La web de Farmer ( www.meteoriteguy.com) oferta centenares de fragmentos de meteoritos hallados en todo el mundo, pero aún no se ha actualizado ofreciendo sus supuestos hallazgos en el sur de Perú.
Sin embargo, él mismo comentó que otra persona ya logró vender 9,85 gramos del mismo en una subasta a través de eBay a un comerciante boliviano de minerales. Farmer, por su parte, piensa vender sus fragmentos a 50 dólares por gramo, según reportó la agencia estatal peruana Andina. Por su parte, el comisario del distrito de Desaguadero, jurisdicción donde se ubica Carancas, negó las acusaciones de Farmer y aseguró que la policía sigue resguardando la zona de impacto para mantener lejos a los expoliadores.
El informe de un equipo de investigadores peruanos determinó que varios centenares de personas sufrieron náuseas, dolores de cabeza y otros malestares, pero el número se redujo a menos de 30 y ahora se atribuyen esos malestares a trastornos psicosomáticos