Penal de Caseros

Esa cárcel, que fue inaugurada en 1979 por Jorge Rafael Videla bajo el modelo...

...arquitectónico de la penitenciaria estadounidense de Alcatraz, entró en su última etapa de demolición y se prevé que en ese lugar se levante un centro cultural y una escuela.

La demolición de la cárcel enclavada en el barrio de Parque Patricios está a cargo del Ejército argentino y se ejecuta en forma mecánica en todo el edificio, desde el piso 22 hasta el segundo subsuelo, e incluye el relleno y la nivelación del terreno.

Las tareas para erradicar el gris edificio penitenciario comenzaron en septiembre del año pasado y fuentes oficiales porteñas explicaron a Télam que las obras terminarán el mes próximo.

Para ello, el martes se dará inicio a la última etapa de demolición, centrada en el primer piso y la planta baja, con un acto a las 11 con la presencia del jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y al que fueron invitados el presidente, Néstor Kirchner, y la presidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner.

La cárcel de Encausados de la Capital Federal U-1 fue proyectada entre 1960 y 1965 por la Comisión Nacional de Construcciones Penitenciarias e iba a contar con una ciudad judicial y túneles que comunicaban a los tribunales.

Tres años después, la obra se paralizó por una advertencia del Servicio Penitenciario Federal, que consideró que el edificio era "inviable" e "inhumano" y permaneció abandonado hasta 1969, cuando Juan Carlos Onganía ordenó retomar las obras.

El proyecto original fue diseñado bajo el modelo de la cárcel de Alcatraz, que fue cerrada por ser considerada inhumana.

Para 1979, frente a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), Videla habilitó el edificio para alojar a presos políticos y dirigentes sindicales, que estaban detenidos en cárceles del interior.

La intención de Videla era demostrar ante la OEA que las condiciones de detención de los presos políticos eran "dignas".

El edificio contaba con 85 mil metros cubiertos, 2096 celdas individuales, 14 ascensores, 16 patios de recreo, 60 locutorios y 20 talleres de trabajo.

Para inicios de 2000, se pensó en la posibilidad de demoler el edificio y si bien se había previsto la modalidad de implosión, una medida cautelar impidió este mecanismo debido a la cercanía de varios hospitales en la zona, como el Garrahan y el Udaondo.

Entonces, el gobierno porteño firmó un acuerdo con el Ejército para que la tecnología utilizada sea por medios mecánicos, lo que minimizaba la liberación de polvo que podía llegar a afectar a los centros asistenciales.

Una vez finalizadas las obras de demolición, lo anunciado por las autoridades porteñas indica la construcción de un centro cultural, que contará con una sala de espectáculos, de exposición y de talleres.

También se plantea la construcción de una escuela con orientación musical y la apertura de la calle Rondeau, entre Pichincha y Pasco.