Meteoritos bajo lupa

Científicos investigan el origen del fenómeno ocurrido en Canadá...

...Cada nuevo año, alrededor de los días 3 o 4 de diciembre, puede verse en el hemisferio norte una intensa lluvia de meteoritos llamados Cuadránticos, que se registraron por primera vez en el siglo XIX. Los científicos aún no saben de dónde vienen, pero sí tienen una idea y están a punto de ponerla a prueba.

Un puñado de fanáticos de los meteoritos procedentes de diversas instituciones (NASA, Caltech, SETI, Lockheed Martin, DLR...) acaban de regresar de una misión que les ha tenido varias horas en un avión sobre el cielo de Canadá observando con diversos instrumentos la lluvia de Cuadránticos de este año.

Ahora están analizando los datos para poner a prueba la que parece la tesis más viable: que provienen de un meteorito llamado 2003 EH1, el cual, a su vez, podría haberse fragmentado de un cometa mayor hace unos 500 años.

De hecho, el mencionado cometa, denominado C/1490 o, más coloquialmente, 'el cometa de 1491', fue visto a comienzos de ese año sobre China, Corea y Japón.

Se cree que pasó a tan sólo 0'0094 unidades astronómicas (AU) de la Tierra, más cerca que ningún otro, en el que fue el primer paso de un cometa debidamente registrado de la historia.

Debió ser poco después cuando el cometa se fracturó, lo que explicaría que no haya vuelto a ser visto y que la lluvia de Cuadránticas tampoco se registrara hasta hace dos siglos, mientras que otras similares se conocen desde la Antigüedad.

"Un total de 846 Cuadránticas fueron registradas en tiempo real durante las observaciones", señaló al regreso de la expedición Peter Jenniskens, investigador del Instituto SETI y autor de la teoría de que estos meteoritos son fragmentos del 2003 EH1.

Los meteoritos cayeron en esta ocasión a un ritmo de entre 50 y 130 por hora durante el tiempo de máxima actividad (otros años han alcanzado hasta los 200 por hora), y atravesaron el firmamento a más de 40 kilómetros por segundo.

"Mirar los meteoros desde el avión ofrece una perspectiva diferente que mirarlos desde el suelo. Parecen rozar la atmósfera y moverse más despacio, lo que da tiempo para apreciar su belleza y también para observarlos científicamente", relató a su regreso la investigadora Barbara Vance, del Instituto SETI.

Los investigadores han presentado una imagen compuesta en la que pueden verse la aurora boreal (verde, a la derecha) y multitud de rastros de meteorito atravesando el cielo nocturno. (También se observa, en la esquina inferior izquierda, una luz roja del avión).

Los científicos tendrán ahora que cotejar sus observaciones para ver si su órbita es compatible con la del asteroide del que se cree que proceden, el cual sufre grandes perturbaciones debido a la atracción gravitatoria de Júpiter.