Whitesnake, la cobra blanca dejó su veneno
Sube la cobra a escena y el delirio se hace presente. Whitesnake está en Argentina y su máxima estrella, David Coverdale saluda a su gente en el marco de su gira “Good to Be Bad/World tour 2008”.
Camisa blanca, con la serpiente sobre la espalda (como resaltando aún más el nombre de la banda), el mítico líder es ovacionado en su regreso a Buenos Aires. Sonriente y con ese porte masculino, uno de los sex symbol agradece tanto fervor y entona “Restless heart”, canción de su nuevo disco lanzado tras 11 años de silencio.
Da paso a “Fool for your loving”, un clásico que hace vibrar a todos mientras él se luce con esa voz impecable que lo destaca como una de las mejores del hard rock, sonido de los chicos malos de la música que siguen calentando el escenario con “Bad boys”. Habrá más con “Love ain´t no stranger” y “Lie down”.
Las luces se bajan, y es tiempo de uno de sus grandes éxitos, “Is this love”. Una de las baladas más románticas de los 80 que hizo enamorar a más de uno y donde Coverdale muestra, con su voz y su porte, ese erotismo que lo caracteriza.
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Whitesnake vuelve a rockear bien fuerte con los solos de los guitarristas que acompañan a Dave en esta formación, Doug Aldrich (de rubia cabellera larga) y Richard Beach (con sus melenas morochas). Luego se suman la batería de Chris Frazier, el bajo de Uriah Duffy (el nuevo sex symbol, como Coverdale lo llama ante la gente) y Timothy Dury en teclados. Es tiempo de otro clásico: “Crying in the rain”.
Luego, otra balada le pone la cuota de romanticismo, “The Deeper the love”. Son solo unos momentos de dulzura rockera, porque la mayor parte del tiempo el ruido es la estrella de la noche. “Ain´t no love in the heart of the City”, “Guilty of love” y “Give me all your love”, fueron algunos de los temas más coreados por sus seguidores, mientras Coverdale revolea su el soporte de micrófono en un gesto que no puede faltar jamás en sus shows.
Cuando parecía el final, es tiempo de un poco más de buen rock en el Luna Park. Interpretan “Here I go again”, uno de los hits más exitosos de la banda en cuyo video, Dave seducía a su novia de entonces, Tawny Kitaen (quien aparecía también en “Is this love” y “Still of the Night”). Como muestra de su sex appeal, al cantante le llueven las prendas de ropa interior femenina y señala su corazón agradeciendo el gesto de las chicas. Todo un seductor nato.
A esta altura todo es aplausos y ovaciones para Coverdale y su banda. Se escuchan los canticos porteños “Olé, olé, olé… Whitesnake, Whitesnake” y “Olé, olé, olé… David, David”. Dan lugar a “Steal away” y “Still of the night”, donde el cantante juega con los primeros acordes del clásico “Burn”, de Deep Purple, la agrupación donde fue vocalista y que lo hizo conocido en el mundo de la música.
La gente quiere más, el sex symbol del hard rock entona a capella “Soldiers of fortune” y el cierre llega, ahora sí, con “Burn/Stormbringer”. Se desata una vez más la furia porteña, los saltos y gritos. Será la culminación de una noche deslumbrante donde Whitesnake dejó, una vez más, todo el veneno de su música y Coverdale demostró que sigue siendo el hombre de la voz seductora que se lleva los aplausos de los hombres y los suspiros de las mujeres.
(Fotos: Claudia Seta)