Crisis en Italia por huelga de basuras y conflictos raciales en Nápoles
En Nápoles comenzó una crisis social que Berlusconi quiere poner fin lo antes posible. Se trata de los problemas con la basura y ataques xenófobos.
A pesar de ser una 'ciudad invadida por tanta belleza', como aparece en los carteles fijados en el T4 del aeropuerto de Barajas, la ciudad del sur de Italia no consigue solucionar sus problemas. Por un lado, el endémico rompecabezas de la basura y, por el otro, los ataques a los campamentos de gitanos. A juzgar por los últimos acontecimientos, la ciudad partenopea parece cada día más harta e incívica.
"Aquí no hay sentido cívico", sostuvo el alcalde de Marano, un pequeño pueblo cerca de Nápoles. Sus habitantes ya están listos para 'luchar' contra el nuevo vertedero que la comisaría creada específicamente para esta emergencia pretende construir en aquella zona.
La vieja cantera de toba volcánica de Chiaiano, que puede acoger casi 700.000 toneladas de basura, es la única solución que tiene el 'comisario extraordinario' Gianni De Gennaro, antes de que la ciudad sea tomada por los desperdicios.
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Decenas de personas del barrio de Scampía ya tienen las porras listas para pelear contra los policías delante de la cantera. Igual que ocurrió el pasado enero, cuando tuvieron lugar los peores enfrentamientos en el barrio de Pianura.
Y mientras a las afueras se preparan para el combate, en el centro de la ciudad los cubos y montones de basura acumulados en medio de las carreteras bloquean la circulación. En esta situación, además del hedor y la falta de higiene, hay también otros problemas: "Hay que esperar 48 horas después de que los bomberos apaguen el fuego para recoger la basura quemada. Por eso, se crea aún más caos y lentitud en la recogida de los residuos", ha dicho el delegado del Gobierno en Nápoles, Alessandro Pansa.
El recién elegido Gobierno derechista tiene ya pensado afrontar la emergencia proponiendo diez nuevas áreas donde poder construir vertederos. Asimismo, Berlusconi indicará la necesidad de acelerar la construcción de incineradoras de residuos y llamará al Ejército para que colabore en las tareas de recogida y limpieza de la zona.
"No queda mucho tiempo. No puedo esperar a que todo el mundo esté de acuerdo mientras la basura se convierte en una montaña", ha señalado el primer ministro, que este miércoles celebrará su primer Consejo de Ministros en Nápoles.