Reabrió el boliche 'Ku' y volvieron las quejas de los vecinos de Pinamar

TRAS LA DESTITUCION DEL INTENDENTE

Vecinos de la ciudad balnearia de Pinamar manifestaron sus quejas por la reciente reapertura del boliche Ku y reclamaron su relocalización, tras denunciar que no hay control municipal sobre el local bailable, además del ingreso de menores al lugar y ausencia de policías para custodiar la zona.

El complejo bailable Ku-El Alma está construido sobre la playa, inmerso en una zona residencial de la ciudad, y sus propietarios estuvieron implicados meses atrás en el proceso que derivó en la destitución del ex intendente Roberto Porretti.

Después de la confirmación de Rafael De Vito al frente de la Municipalidad de Pinamar, el pasado fin de semana el boliche Ku reabrió sus puertas.

Ante esa situación, los vecinos volvieron a centrar sus críticas en ese boliche y se quejaron por la "falta de control" municipal y el ingreso de menores al lugar, donde se venden bebidas alcohólicas, según informó el matutino marplatense La Capital.

En particular, los habitantes denunciaron la falta de presencia policial que garantizara la seguridad, tal como establece una ordenanza municipal.

Por eso, un grupo de propietarios y residentes de las inmediaciones de ese complejo bailable conformó una comisión con asesoramiento legal para buscar el modo de hacer escuchar los reclamos respecto al funcionamiento del establecimiento de esparcimiento nocturno, según indicó ese medio.

En ese sentido, exigen la relocalización del boliche en un espacio no residencial. "Es una falta de respeto que haya abierto cuando este señor (el dueño) no abonó el canon y sigue usurpando una calle que es de la comunidad de Pinamar", sostuvo Amalia Altieri, una de las líderes de la convocatoria y prima del ex intendente Blas Altieri, aunque sin participación en la política partidaria.

Los propietarios del complejo, los empresarios Javier Porjolovsky y Rubén Cameroni, fueron intimados por el municipio bajo la administración de Porreti a abonar un canon por ocupar un espacio público sin autorización, una calle lindera al complejo.

Sin embargo, con el escándalo desatado por la supuesta extorsión del entonces jefe comunal -habría exigido a los dueños la suma de 400 mil pesos para mantener habilitado el complejo- la solicitud quedó frenada.

Tras la reapertura del local, los vecinos se quejaron de que "los menores entraron hasta las 3 de la mañana gratuitamente sin ningún tipo de control" y protestaron por la ausencia de "un patrullero apostado delante de los boliches".

"No estaba garantizada la seguridad de los vecinos que estábamos, no había patrulleros. Peor que otros años, porque antes tenían la dignidad de tener un patrullero en la puerta o dando vueltas en el barrio", se quejó una mujer al respecto.