Insólito: es maestro, tiene 800 tatuajes en su cuerpo y ama la docencia
Sin dudas la foto es impactante y uno podría pensar que se dedica a cualquier otra actividad menos ala docencia. Sin embargo Lucas Omar Jiménez hace 18 años que es docente en la escuela en la Escuela 677 de La Banda, Santiago del estero.
En una nota que aparece en el diaro El Liberal él asegura que su apariencia nunca le impidió ejercer la docencia, que ama “con toda el alma.
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De lunes a viernes, como estampa estrambótica, lleva incorporados 800 tatuajes con las imágenes de su madre, una hermana, escudos de Sarmiento, Arsenal de Sarandí; rostros del legendario grupo de rock Iron Maiden, un oso panda y de El Principito.
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Así, cumple religiosamente su labor de docente en la escuela Nº 677, barrio San Martín.
De arraigado apego a la coherencia entre palabras y actos, de lunes a viernes instruye a los chicos del 5to. grado C (Matemáticas); también asiste a los otros 5to. “A” y “B”.
Cuenta que nació el 4 de abril de 1968: “Accidentalmente, mi madre (santiagueña) dio a luz en el Hospital Regional; mi padre es un paraguayo. Los médicos no la dejaron salir del país, porque el embarazo asomaba de alto riesgo”.
“Me llevaron a Buenos Aires; a los 2 años me trajeron para acá; de aquí me deportaron a los 7; y mi madre me corrió a los 17 porque abandoné los estudios”.
Bautismo y obnubilado Con diez años, el pequeño Lucas se topó con un ex presidiario tumbero que le llamó la atención: “Tenía una mariposa gigante en el pecho. Le llamé `mariposa` y el vago se me vino encima y me golpeó. Que se yo, habrá pensado que me mofaba de su sexualidad” dijo a El Liberal.
A los 18 arrancó su romance con los tatuajes y poco después, con la docencia. “Ingresé el 4 de mayo de 1990 a la escuela doctor Carlos Coronel. Desde abril de 1992 que estoy en esta institución; es una profesión que amo con el alma”.
Jiménez explica que su relación con los chicos “es lo más natural y espontánea” asegura. “Soy de la época en que me hacían arrodillar en el maíz. Mi psicóloga era una goma alargada de un lavarropas viejo”.