El cuñado del colombiano asesinado negó ser narco
Fue al ser indagado por la tenencia de la pistola calibre 40 encontrada en su yate. "Yo no soy el señor ’J’, no soy narcotraficante, no tengo vínculos con las FARC y no tengo nada que ver con los dos asesinatos que hubo en Unicenter", dijo Jorge González Ramírez, familiar de la víctima.
Se trata de Jorge González Ramírez, cuñado de la víctima y dueño del yate "Woods" donde los investigadores hallaron una pistola Glock calibre 40, quien fue trasladado por la policía desde el semipiso que alquila en Puerto Madero hasta la fiscalía de San Fernando y fue indagado por el fiscal Luis Angelini.
Voceros judiciales indicaron que en el marco de esa indagatoria y a pesar de que el fiscal le aclaró que la del arma era una causa independiente de la del homicidio, González Ramírez insistió en hacer referencia a publicaciones periodísticas que lo mencionaban como narcotraficante vinculado a la guerrilla en su país.
"Yo no soy el señor ’J’, no soy narcotraficante, no tengo vínculos con las FARC y no tengo nada que ver con los dos asesinatos que hubo en Unicenter", dijo González Ramírez según contó a Télam una fuente judicial.
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Asesorado por su defensor, Mariano Di Meglio, del estudio Cúneo Libarona, el colombiano reconoció que en su país fue investigado por tráfico de cocaína y que a él le atribuían ser un narco apodado "J", pero le explicó al fiscal que quedó absuelto y prometió aportar los papeles que lo demuestran.
González Ramírez comentó que los rumores de sus presuntos vínculos con el narcotráfico se debieron a una "persecución" que sufrió por parte de un coronel colombiano que lo involucró injustamente en aquella investigación.
También le dijo al fiscal que él tenía dinero porque era un empresario de varios rubros, entre ellos la construcción, con contratos con el Estado colombiano, y que además se dedicaba a la ganadería.
En cuanto a la tenencia del arma, González Ramírez se defendió negando categóricamente que el arma sea suya, y dijo desconocer que estuviera en su barco.
El imputado comentó que la pistola se la debía haber olvidado un empresario argentino dueño de un astillero al que conoció por su interés por la náutica y que un día, navegando, se cruzó de barco para comer un asado en su yate, según indicaron las fuentes.
La versión es coincidente con la que aportó ese mismo empresario como testigo en la fiscalía que reconoció haberse olvidado la pistola en el yate del colombiano y que, a su vez, según lo constatado por el fiscal en el Registro Nacional de Armas (RENAR), es el propietario de la pistola.
Fuentes judiciales aseguraron a Télam que el fiscal Angelini, de todas formas, no está convencido de las explicaciones brindadas para justificar la presencia del arma en el yate. "No es común que alguien se cruce de barco para comer un asado y se olvide una Glock .40", dijo a Télam una fuente de la investigación.
En tanto, en la causa por el crimen, este martes declaró como testigo el empresario Fernando Miele, ex presidente del club San Lorenzo y dueño del astillero Preveza, que le vendió el barco a los colombianos.
Voceros judiciales indicaron a Télam que Miele le contó al fiscal que con los colombianos sólo tuvo una relación comercial por el yate.
Sin embargo, Miele le dijo al fiscal que cuando trató con los colombianos ellos le dijeron que el barco era para un tercero, un empresario turístico argentino que ahora será objeto de la investigación.
El fiscal Angelini y los detectives de la Subdelegación de Investigaciones de Tigre buscan en estos días a un profesor de golf que podría ser un testigo clave en la causa ya era la mano derecha de González Ramírez en el país y a quien no pueden localizar desde el día del homicidio.
El asesinato ocurrió el 23 de febrero frente a una casa de venta de artículos de náutica, situada en avenida Del Libertador 1999 de San Fernando.
La víctima, su cuñado, su padre, Rodrigo Alberto Galvis Carmona, y un amigo, Jesús Cubillos, fueron a ese comercio a comprar un bote semirrígido junto al marinero argentino, Ricardo Gonzebat.
Tres miembros del grupo entraron al local "Ronosto" y mientras eran atendidos por uno de sus dueños, Galvis Ramírez se quedó junto a Cubillos sentado en un banco al frente del negocio.
En ese momento, dos hombres en moto aparecieron en el lugar, uno de ellos extrajo una pistola calibre 9 milímetros y efectuó 12 disparos contra la víctima.
La autopsia reveló luego que el colombiano de 29 años recibió 10 de esos balazos, algunos de frente y otros, de remate, cuando ya estaba tendido en la vereda.
La forma en que mataron a Galvis Ramírez fue muy similar a la empleada en julio de 2008, en el estacionamiento del centro comercial Unicenter, donde asesinaron a tiros a los colombianos Héctor "Monoteto" Duque y Jorge Quintero.
Los investigadores creen se trató de un crimen por encargo e investigan al narcotráfico como móvil ya que tanto González Ramírez como Cubillos cuentan antecedentes por ese motivo en Colombia.