Una multitud tiñó de celeste y blanco la práctica en Pretoria
Esta tarde para los jugadores argentinos será difícil de olvidar y seguramente también para el propio Diego Maradona, quien está acostumbrado a las muestras de afecto y cariño de sus seguidores.
Desde temprano la ciudad de Pretoria, en especial los alrededores del lugar donde concentra el seleccionado argentino, se tiñeron de celeste y blanco.
A las dos de la tarde los hinchas comenzaron a ingresar al predio donde se entrena la Selección y la Universidad de Pretoria se transformó en una sucursal de cualquier cancha Argentina.
El primero grito de la gente fue cuando salieron a la cancha los arqueros y utileros y todo explotó cuando Lionel Messi apareció.
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Es que el astro del Barcelona es el más reconocido en todo el Mundo del equipo argentino y donde va es ídolo.
Luego todo volvió a estallar cuando apareció Maradona, quien a diferencia de Messi, quien saludó, se paró de frente a la tribuna lateral de la cancha donde se entrenó el equipo y agradeció efusivamente tantas muestras de cariño.
Con mucho respeto la gente siguió el entrenamiento y conviviendo hinchas genuinos de todos los equipos con chicos de escuelas sudafricanas, especialmente invitadas a la fiesta que fue hoy el entrenador de los dirigidos por Maradona.
De cara al inicio del Mundial 2010, Maradona tuvo otro golpe de efectos para con sus dirigidos: el efecto hinchas-gente-aliento.
Es que hoy se dio es comunión entre jugadores-hinchas, que seguramente será otro incentivo más de cara a la competencia que se viene.
Los jugadores salieron a la cancha del predio asombrados por tanta cantidad de gente en las tribunas. Los mismo sucedió con el resto de los integrantes del seleccionado argentino.
Uno que no se vio poco, por lo menos abiertamente, fue a Carlos Bilardo, el manager general de Selecciones Nacionales, quien pasó a tener un perfil más bajo, sobre todo luego de que el presidente de la AFA, Julio Grondona, lo vinculó con la presencia de barras en los mundiales.
En tarde para remera de manga corta, con sol pegando fuerte, con más de 25 grados de temperatura, la Selección tuvo su tarde ideal, para tener más fuerza y para que el sueño de ser campeón del Mundo pueda ser una realidad.
