Lucas Cruz, el sostén de Sainz
El español Lucas Cruz suele quedar fuera de los flashes y a unos cuantos metros de la marea de periodistas, cámaras, fotógrafos y fanáticos que, siempre que pueden, persiguen a Carlos Sainz, y sabe que es así el trabajo de copiloto.
En silencio, atento y cerca para todo lo que pueda necesitar su jefe a bordo, pero lejos de la atención de la mayoría. Sin embargo, el trabajo de Cruz y el de todos sus colegas es clave en los autos y, en su caso, fue fundamental para que Sainz consiguiera su primer Dakar en 2010.
Y eso “el Matador” lo sabe. Tan bien lo sabe que lo primero que hizo al llegar a España en enero de 2009, cuando el primer Dakar sudamericano no había terminado, pero él ya estaba afuera, fue ir a buscar a Lucas, un catalán de 36 años.
Sainz, quien había llegado en 2009 con todo dado para finalmente ser el campeón, abandonó en la 11ma. etapa, entre Fiambalá y La Rioja, cuando lideraba cómodo la competencia hasta que un barranco de unos 4 metros se interpuso en su camino y terminó volcado.
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El español logró con ayuda dar vuelta el auto y comenzó a gritarle a su copiloto de aquel entonces, Michel Perin, quien aullaba del dolor con un brazo roto. La carrera terminó.
Un año después salió campeón con Cruz. Y hoy, dos años más tarde, en los siete días de competencia desde que largó en Buenos Aires el Dakar, el primero de enero, la dupla Sainz-Cruz funcionó de maravillas y ganó cinco de las seis etapas disputadas hasta hoy en la conducción de la Touareg Race 3 de Volkswagen.
“Este Dakar realmente es mucho más exigente que el anterior y todavía quedan etapas muy duras por delante”, evaluó hoy el copiloto, en diálogo con Télam.
“Ha sido durísimo, sobre todo la etapa entre Iquique y Calama, ésa fue aún más complicada que la primera que tuvimos en el desierto”, afirmó.
Sin embargo, el catalán aclara que “lo peor aún no ha llegado porque las que nos quedan por delante vas a ser más duras”. En ese sentido, explicó que las especiales de Arica-Antofagasta y Antogafasta Copiapó, tendrán un terreno complicado y también “demandarán mucha concentración en la navegación”.
“El cambio de reglamento para divisar un way-point realmente se nota este año y no te deja otra salida que ser muy precios”, contó de sus conclusiones de medio rally.
Para este Dakar 2011 la organización implementó un cambios de reglamento por el cual los pilotos recién pueden activar el GPS a 800 metros de un way point y no a tres kilómetros como se hacía hasta la edición pasada.
Cruz, quien con este acumula seis Dakar, cuatro en Africa, no duda en calificar el presente como el más complejo de todos y con los ingredientes que tenían los africanos.
“En Africa –reconoce- estaba el encanto de lo desconocido, de lo exótico pero los terrenos eran más parejos. En Argentina y Chile la dificultad de terreno es mucho mayor. Cortadas, dunas y superficie dura. De ahí también tantas pinchaduras. Eso sí –concluye el copiloto-, Sudamérica ofrece una riqueza de recorridos por el que el Dakar debiera seguir aquí”.