Los Redondos instituyó el rock en las canchas
Los Redonditos de Ricota se convirtieron en la década del 90 en la banda local que instituyó el rock en los estadios de fútbol, modalidad que luego adoptaron otras formaciones que modelaron su espejo como Los Piojos o La Renga.
El show en el estadio del paraje Chateau Carreras de Córdoba (hoy Mario Kempes) de agosto de 2001, no sólo representó la última función del grupo más popular y convocante en la historia del rock argentino sino que también significó el cierre de un "derrotero ricotero" que se presentó en canchas de todo el país e inclusive en Uruguay.
La creciente popularidad que adquirió la banda una vez que editó ¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado" y "La mosca y la sopa" (cuarto y quinto disco respectivamente), incidió para que las huestes de Patricio Rey dejaran de lado los recintos más pequeños y empezaran a pensar en grande.
A fines de 1989, después de los históricos shows de diciembre (sábado 2 y domingo 3) en el microestadio de Obras Sanitarias, la banda dio la primera gran muestra de su enorme arraigo popular, cuando tocó ante más de 20.000 personas, unos días después de Navidad (29 de diciembre) en la hoy desaparecida cancha de hóckey sobre césped de la entidad de Núñez.
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Pero mucho antes, cuando la trilogía Solari-Beilinson-Poly todavía no gozaba y ni siquiera soñaba con los beneficios de las abultadas cuentas bancarias, Los Redondos entregaron un recital en una cancha de fútbol, a la luz del día y compartiendo escenario con otras agrupaciones, una película que luego no se dio nunca más a lo largo de 25 años de trayectoria.
Ocurrió en enero de 1982, con la organización de Jorge Pistocchi, director de la revista especializada de aquellos días, Pan Caliente.
La banda se presentó en la cancha de Excursionistas, al igual que Litto Nebbia, Alejandro Medina y Los Abuelos de la Nada, por citar a algunos solamente.
Esa actuación terminó casi en escándalo, a partir de que dos bailarinas treparon al escenario en el medio del set `redondo` y ensayaron una suerte de `strip tease` no estipulado previamente.
Efectivos policiales irrumpieron y pretendieron suspender el show, bajo amenaza de llevarse detenidos a músicos y organizadores.
Pero la verdadera "estandarización" de Los Redondos en canchas de fútbol se dio a principios de los 90, cuando ganó la calle el CD doble, Lobo Suelto, cordero atado (1993).
La banda ofreció dos recitales en el estadio del club Huracán, en noviembre del 93, para regalarle a la multitud temas como Yo caníbal, Ladrón de mi cerebro, Un ángel para tu soledad, La hija del fletero o el llamado Rock para el negro Atila, que permanecía inédito hasta esos días, aunque ya era conocido por la grey "ricotera" bajo la denominación de Camila.
La "festividad" en el Tomás Adolfo Ducó de Parque de los Patricios se repitió dos veces más en 1994: una se dio en mayo (en esa ocasión, ese mismo día, Los Ramones tocaron en cancha de Vélez Sarsfield) y la otra en diciembre.
Otro escenario futbolístico testigo de la mística ricotera fue la cancha de Colón de Santa Fe, cuando en diciembre de 1997 la banda ofreció allí un show que estuvo a punto de ser suspendido por un diluvio y convocó a poco más de 15.000 personas.
Cuando los sonidos del grupo ya habían mutado, la presentación de Ultimo Bondi a Finisterre se llevó a cabo en diciembre de 1998 con dos shows multitudinarios en cancha de Racing, con una convocatoria estimada en 60.000 personas por noche Más tarde, Los Redondos llegaron a dos de los estadios más imponentes de Sudamérica.
En abril de 2000 la formación rockera diseñó dos recitales en River Plate, en los que hubo 140.000 fans en la doble convocatoria.
Y un año más tarde, las huestes redondas se trasladaron a Montevideo para ofrecer un concierto ante 50.000 espectadores, calificado por muchos como uno de los mejores en la historia de la banda.
Los Redondos tuvieron la habilidad de que un estadio de fútbol juegue a favor del artista y no en contra, dijo oportunamente a Télam el periodista especializado Alfredo Rosso, de dilatada trayectoria en el medio.
Es cierto que el lugar ideal para presenciar un concierto es un teatro o una sala de, máximo, mil personas. Pero el rock es un fenómeno masivo y llega un punto en que uno tiene que asumir el crecimiento de la banda para no estancarse, aseguró el colega. Los Redondos hicieron eso y se convirtieron en el grupo que institucionalizó el rock en las canchas de fútbol. Ni más ni menos.