Beatificaron en Pergamino a María Crescencia Pérez

Frente a una multitud de fieles, un representante del Papa Benedicto XVI beatificó a la religiosa argentina que vivió a principios del siglo XX. El milagro que le valió la beatificación fue sanar de diabetes a una joven de 23 años, a quien le habían diagnosticado 3 días de vida.

La religiosa María Crescencia Pérez fue beatificada hoy en la ciudad bonaerense de Pergamino, ante miles de fieles que participaron de la ceremonia al aire libre, que ofició un enviado especial del Vaticano.

La beatificación, la primera que se hace en territorio bonaerense, fue presidida en el circuito El Panorámico de Pergamino, por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato, enviado especial del papa Benedicto XVI.

Ubicada entre los fieles estaba María Sara Pane, la mujer que le rezó a Crescencia Pérez y se curó, sin intervención ni explicación médica, de una hepatitis aguda fulminante en 1996, cuando estaba en la lista de emergencia nacional e internada en un centro de salud porteño a la espera de un trasplante hepático.

Sara, visiblemente emocionada, recordó que en esa oportunidad "tenía 23 años, un hijo y llegué a María Crescencia por unas hermanas que me acercaron una estampa a la que me aferré para pedirle mi curación, la que ocurrió sin que me trasplantaran".

Luego de la beatificación, Sara junto a un grupo de religiosos acercó al altar las reliquias de Crescencia Pérez, que serán veneradas durante la realización de la misa.

La religiosa María Crescencia Pérez se convirtió en la séptima beata argentina, siendo las anteriores las religiosas Nazaria Ignacia March Mesa, María Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas) y María Ludovica De Angelis.

La lista se completa con el coadjutor salesiano Artémides Zatti, la laica Laura Vicuña y el indio mapuche Ceferino Namuncurá, que fue proclamado beato en la localidad rionegrina de Chimpay en

2007.

María Angélica Pérez nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, un 17 de agosto de 1897 y en 1905 su familia se mudó a Pergamino.

En 1907, María Angélica junto a una de sus hermanas, ingresó al "Hogar de Jesús" donde cursó sus estudios y permaneció pupila hasta 1915, en esa institución a cargo de la Congregación de las Hermanas del Huerto.

Para ese entonces, la vocación de María Angélica estaba definida y es por eso que ese año, se trasladó a la ciudad de Buenos Aires para iniciar su noviciado en la Casa Provincial de las Hermanas del Huerto, en el barrio de Villa Devoto.

Un año después, al vestir el hábito religioso, comenzó a llamarse Hermana María Crescencia en honor del santo mártir Crescencio y dedicó su vida a cuidar a los enfermos.

En Vallenar, Chile, el 20 de mayo de 1932 María Crescencia falleció tras padecer una tuberculosis, que se habría contagiado de unos enfermos que estaba cuidando.

En 1986 se inició el proceso diocesano de su beatificación en la Diócesis de San Nicolás de los Arroyos y en 2004 el Papa Juan Pablo II reconoció sus virtudes heroicas, por lo que pasó a ser considerada venerable.

En tanto, recién el año pasado la Santa Sede reconoció un milagro atribuido a su intercesión y el Papa Benedicto XVI firmó el decreto de su beatificación.