The Cure entre sombras, en la oscuridad de la noche

En un show de más de tres horas en su esperado regreso, la banda liderada por Robert Smith deslumbró a sus fans en River. La mayor parte del público se deleitó con sus clásicos de los ochenta y noventa.

La fría y oscura noche del viernes 12 de abril era el escenario ideal para el regreso a la Argentina de una de las bandas de culto del punk gótico: The Cure.
Los ingleses, con Robert Smith a la cabeza, tenían una cuenta pendiente con nuestra tierra. Y en este tour Latinoamericano de 2013, volvieron con un show de tres horas, donde sus seguidores lo disfrutaron plenamente, aunque la mayor parte del público se deleitó con esos clásicos de los ochenta y noventa que los llevaron al éxito.

Así, ante una multitud, se presentaron en River luego de 26 años tras aquellos accidentados shows en Ferro en el '87. Pasadas las 21.30, todos los integrantes se subieron a las tablas del Monumental. El cantante y guitarrista, salió con sus tradicionales pelos parados, su rimel en los ojos y su boca pintada de rojo. Ha pasado mucho tiempo, se nota y Smith es una mezcla entre un personaje de Tim Burton y otro de Gasalla.

Lo cierto es que The Cure fue pionero en el rock oscuro o también llamado gótico. Llevan tres décadas y media sobre los escenarios, desde el primer día que salieron de la ciudad de Sussex para dar muestras de un estilo particular que mezcla rock, pop, punk y su particular electrónica, que registran en vivo.

El show inició con "Plaisong" y un "Gracias ¿Cómo están?", hacia sus seguidores, en su mayoría vestidos de negro, para la ocasión. Siguió con "Pictures of You" y sus hits "Lullaby" y "Lovesong" del álbum "Deisintegration". Fueron los primeros temas de una larga lista que incluyó 40 canciones. Brindándole felicidad absoluta a fanáticos, pero un poquito extensa para las 50 mil almas que soportaron la frialdad de la noche.

Smith junto a Reeves Gabrels, desplegaron sus viajes de lo eléctrico a la acústico mientras el bajo de Simon Gallup se robaba todas las miradas. También hacían lo suyo de manera exquisita Jason Cooper en batería y Roger O Donnell en teclados con River cambiando de color en cada tema.

En el escenario se desplegó una increíble y bella iluminación que fue lo más atractivo en materia visual. Acompañado por la presencia de Smith y sus vestimentas góticas de un talle más grande ante los cambios de la naturaleza en sus casi 54 años. Lo mejor, fue que su voz sonó como en las viejas épocas en un Monumental donde el viento se llevaba de un lado al otro el sonido de sus cuerdas vocales, como suele pasar en ese estadio.

Tres horas de The Cure es emprenderse en un viaje donde hay momentos muy oscuros y otros menos dark. Pasando por "Push", "In Between Days", "Just Like Heaven", "Play For Today", "Primary", "Charlotte Sometimes" y "Bananafishbones" a una increíble interpretación de "A Forest" que se roba todas las ovaciones.

También hubo tiempo para la electrónica con "The Walk", el hit de los noventa "Mint Car" hasta llegar a ese pop tan bailable con "Friday I m In Love", entonado en un viernes porteño... Y de volver a la oscuridad de "Fascination Street", "Wrong Number" y "One Hundred Years".

Pero es el público el que decide y, después de tres décadas, sigue eligiendo quedarse con esas clásicos de siempre que llegan sobre el final: "Close to Me", "Hot Hot Hot", "Let s Go To Bed" y "Why Can t I Be You?".

Siguieron con "The Lovecats", "The Caterpillar" hasta impactar con "Boys Don t Cry", una de sus mejores composiciones. La multitud coreó y saltó durante los pocos más de dos minutos que duró el hit radial insertado en los oídos de quienes amamos la música de los '80.

Una despedida con "10:15 Saturday Night" y "Killing An Arab" y esas palabras que conmovieron a sus seguidores: "Gracias. Nos volveremos a ver". Así, The Cure se fue entre sombras, perdiéndose en la oscuridad de la noche. ¿Habría un mejor escenario? Sin dudas, no.

Por Claudia Seta
@setaclaudia

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