Arranca el invierno: ¿Qué hacer para que calentar la casa no traiga aumentos?

QUE EL FRIO NO AFECTE... EL BOLSILLO

Este domingo comienza el invierno y la llegada de temperaturas muy bajas pondrá a prueba la capacidad de usuarios de gas y energía eléctrica de hacer un uso más racional de estos recursos, sin que ello implique recurrir a la drástica medida de arroparse con bastantes abrigos en el interior del hogar, para no tener encendida la calefacción.

Ocurre que las facturas podrán tener incrementos de entre 80 y 400 por ciento respecto de la temporada invernal anterior, debido al nuevo tarifario impuesto por el Gobierno a comienzos de año.

Para graficar la magnitud del aumento con ejemplos, quien en 2008 pagó por 1001 kWh de consumo bimestral unos 107 pesos, ahora deberá desembolsar 182.

En el caso de una demanda de 1.401 kWh por bimestre, los 145 pesos de hace un año treparán más del doble: 340 pesos.

Y si la comparación se hace sobre un suministro bimestral de 2.801 kWh, la diferencia entre un invierno y el otro tiene un salto gigante: pasa de no más de 254 pesos a la 1.012.

Y si bien abrigarse más de los habitual es la primera alternativa que se piensa para hacer frente a un ambiente frío, existen medidas menos drásticas que ayudan a reducir significativamente el consumo de gas y energía sin tener que apagar la calefacción.

En principio, hay que aclarar que por cada grado que se aumente la temperatura de un caloventor, se incrementa el consumo de energía aproximadamente en un 7 por ciento.

Pero "una temperatura de entre 19 y 21 grados centígrados es suficiente para la mayoría de personas", asegura la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas, Luminotécnicas, Telecomunicaciones, Informática y Control Automático (Cadieel).

Por la noche, explicó la entidad, en los dormitorios basta una temperatura de 15 a 17°C, al tiempo que "es importante recordar que no se necesita el mismo calor en todas las habitaciones ni en diferentes horas".

Habitualmente, es suficiente encender la calefacción por la mañana después de haber ventilado la casa y haber cerrado las ventanas.

Con la caída del sol, salvo en zonas muy frías, "debe apagarse la calefacción pues el calor acumulado en la vivienda suele ser suficiente para mantener por la noche, en los dormitorios, una temperatura entre 15 y 17° C".

Si se ausenta por unas horas, el especialista sugiere reducir la posición del termostato a 15° C ya que "por cada grado que disminuya la temperatura puede ahorrarse un 10 por ciento".

Reemplazar la calefacción eléctrica por calefacción a gas es otra alternativa que propone con especial énfasis, dado que permite ahorros de entre 50 y 80 por ciento, precisó.

Por otro lado, existe una particular forma de ahorro de energía quizás no conocida por la mayoría de los ciudadanos, pese a que es muy simple.

Según Cadieel, un mantenimiento adecuado de los equipos de aire acondicionado mediante la limpieza mensual de los filtros puede ahorrar hasta un 15 por ciento de energía.

Cerrar las persianas y cortinas por la noche evitará importantes pérdidas de calor así como colocar burletes en las aberturas y cerrar los ambientes para facilitar el trabajo de los equipos.

Pequeñas mejoras en el aislamiento -a juicio de la Cámara de Industrias Tecnológicas- pueden conllevar ahorros energéticos y económicos de hasta un 30 por ciento en calefacción y aire acondicionado.

La lista de alternativas para mermar el consumo de gas y energía, y así evitar importantes ajustes del bolsillo, no termina aquí.

Existen otras opciones básicas como cerrar las persianas cuando baja el sol o hay viento intenso. Esta actividad "reduce entre un 15 a 20 por ciento las pérdidas de calor".

Para quienes tienen un poder adquisitivo mayor y pueden hacer inversiones que a largo plazo derivarán en retribuiciones muy grandes, existe también la posibilidad de incorporar doble vidriado hermético, que disminuye las pérdidas entre un 20 y un 40 por ciento.

En tanto, y para ir concluyendo sobre las pequeñas acciones que generan ahooros energénticos significativos, Cadierno aconseja procurar que los taparrollos de las persianas no tengan rendijas y estén aislados.

"Detecte las corrientes de aire para localizar los puntos donde se producen infiltraciones de aire, para taparlas puede emplear silicona, masilla o burlete", planteó Cadieel.