El "cuarto sexo" marca tendencia

Ni homosexuales, ni bisexuales, ni heterosexuales. Lo nuevo es la falta de deseo o la aparición de un deseo. Los llamados "asexuales" renuncian al sexo con otros, pero no a la masturbación. Paris Hilton se convirtió en una de las seguidoras de esta moda.

Por Canal26

Viernes 8 de Septiembre de 2006 - 00:00

Gays, lesbianas, heteros y algún que otro bisexual, son las formas más comunes y "establecidas" hasta ahora, al momento de hablar de sexo. Sin embargo, especialistas en relaciones personales aseguran que existe una nueva tendencia: los asexuales.

"El cuarto sexo", como llaman los investigadores a esta posición, parece enfrentar las teorías tradicionales. Comúnmente estas personas se distinguen por la falta de deseo sexual, incluso por la ausencia de opción sexual como rasgo característico.

Según informó un portal especializado, los asexuales también se masturban, se enamoran y van a la cama con otras personas. Su placer se activa a través del beso, de la caricia, de la mirada, de la ternura. Los asexuales renuncian al sexo con otros, pero no se encierran ni al amor ni al contacto físico.

Algunos creen que el asexual es un ser humano incompleto y perjudicado por una situación atípica. La sexóloga Pilar Cristóbal asegura vehemente que “la falta de sexo envejece”, y pone como ejemplo el prematuro envejecimiento de las monjas.

La AVEN (Asexual Visibility and Education Network) propone una serie de pautas por las que un hombre o una mujer se pueden descubrir como asexuales. Lo primero que se advierte es que, como en todas las opciones sexuales, la asexualidad, se asume de forma voluntaria e individual, y que como cualquier otra elección de sexo, o hay un solo modelo o traje al que se ajuste uno.

Los asexuales difieren acerca de la intensidad como experimentan la atracción. Algunos asexuales descubren su atracción, pero no la manifiestan de forma sexual, hacia hombres, mujeres, o ambos. Al mismo tiempo que asexuales, se identifica como gays, bisexuales o heteros. Otros asexuales perciben una débil o nula atracción, y no se incluyen en orientación sexual alguna.

Como el resto de la Humanidad, los asexuales viven distintos niveles de deseo. Los hay que sienten cierta inclinación sexual, que no tienen por que manifestarse el deseo de encontrar compañero o compañera sexual.

Y los hay que viven sin deseo sexual o este es muy débil. En este caso, por lo general no contemplan su falta de deseo como un problema medico o psicológico.

En este capitulo la diversidad y variedad de opciones también son características. Unos no tienen necesidad de abrirse al exterior. Otros, en cambio, son muy sociales y mantienen relaciones de amistad que les otorgan intimidad y apoyo. Y, claro que si, abundan los asexuales que establecen relaciones románticas; gays que viven en pareja y “se casan” pero no mantienen relaciones sexuales entre ellos. La variedad y diversidad humanas se refleja en asociaciones de íntima amistad, o formas de uniones que emborronan el límite entre amistad y pareja.

Hasta hace bien poco, un asexual era una persona a la que se le asociaba con una vida de soledad y aislamiento. Pues ese es otro convencionalismo que la nueva sociedad aspira a dejar obsoleto. Internet ha permitido el intercambio de experiencia entre asexuales y, lo que es aun mas positivo, la afirmación de estos como personas tan normales y validas como sus congeneres sexuados. David Jay hizo dos descubrimientos personales cuando tenía 15 años: sentía atracción tanto por hombres como por mujeres, pero se trataba de deseo sin connotación sexual. Siete años después, en 2002, David creó desde Connecticut la AVEN y su web. Hoy son mas de tres mil los registrados en el portal, y cualquier visitante puede encontrar información sobre el mundo sin sexo, e incluso comprar camisetas con lemas tan rotundos como “la asexualidad o es solo cosa de amebas”.

Jay también ha aportado una herramienta para el conocimiento y la relación intima entre asexuales: asexualove.net. El símbolo de AVEN, un triangulo invertido en cuya punta inferior se dibuja otro triangulo de menor tamaño, quiere reflejar las numerosas opciones sexuales y de genero que el ser humano vive y disfruta. Se abre un nuevo armario y surgen más sitios de Internet que trabajan por la normalización de la asexualidad.

Así, The Oficial Asexual Society, incluye una pagina especial para gays y lesbianas asexuales, The Lavender Nonlibidoism Society, donde conoceremos a ilustres “homoasexuales” como Pretty Pink Rose, Naftaniel o Pe Man. ¿Son felices o infelices los asexuales? Tanto como puede serlo un hetero, un gay o una lesbiana.

Fue en los 90 cuando aparecieron las "primeras manifestaciones": el vocalista de los Smiths ventiló a los cuatro vientos su asexualidad. Nunca más lo ha vuelto ha corroborar ¬tampoco a desmentirlo- pero sin duda la vitola de “ángel del pop” le da un plus al cantante, ya de por si asexuado aunque bien sexy.

No es la única celebridad que ha abrazado el llamado “cuarto sexo” como opción de vida. El escritor norteamericano Paul Bowles, autor de “El cielo protector”, conoció en 1937 a la británica Jane Sydney Auer, una novelista lesbiana enferma de tuberculosis, en el periodo de búsqueda de alguien que cuidara de ella. Su matrimonio, escenificado al año siguiente en México, constituyó una sólida y una muy romántica relación asexual que no supuso obstáculo alguno para que Jane continuara con su búsqueda de nuevas amantes.

Otra escritora, la inglesa Bárbara Cartland, alternaba sus novelas de romances con una vida carente de sexo. Luis Buñuel definió a un joven Dalí como “totalmente asexual”; el candidato alternativo a la presidencia de Estados Unidos, Ralph Nader, y su sempiterna carencia de relaciones sentimentales; Isabel I de Inglaterra, “La reina Virgen” a la que nunca se le pudo atribuir roce sexual alguno; su compatriota el célibe cantante Cliff Richard.