El fallo Bazterrica: el antecedente en el privado uso de estupefacientes

El guitarrista, miembro de Abuelos de la Nada y músico de Charly García, había sido arrestado por tener tres cigarrillos de marihuana en una latita. En 1986, un fallo a su favor lo absolvió. Un caso que sirvió como base para que ahora los jueces de la Corte despenalizaran la tenencia de pequeñas cantidades.

Por Canal26

Jueves 27 de Agosto de 2009 - 00:00


La Corte Suprema decidió, esta semana, que no es delito el consumo personal y privado de marihuana. Lo despenalizó y hasta exhortó al gobierno y al Congreso a implementar una "política de Estado" para combatir el tráfico y asistir a los adictos.

La decisión generó la polémica. Los siete jueces del máximo tribunal consideraron, en el fallo dictado en la causa conocida como "Arriola", que es inconstitucional aplicar un castigo penal al usuario de esa sustancia, siempre y cuando su acción se mantenga en el ámbito de la intimidad, sin la presencia de menores de edad, ni se genere un riesgo para la salud o la integridad de terceros.

En su resolución, los jueces no especificaron las cantidades de marihuana permitidas, pero dejaron en claro que el consumo de cualquier tipo de droga en la vía pública seguirá siendo reprimido por la ley.

Gustavo Bazterrica, de 54 años, fue detenido en 1981 en su casa, donde guardaba tres cigarrillos de marihuana en una latita. En 1986, durante la gestión de Raúl Alfonsín, la Corte falló a favor de un imputado en el caso conocido como "Bazterrica". El acusado, ex guitarrista de Charly García, miembro de La Máquina de hacer pájaros y de la segunda formación de Los Abuelos de la Nada (liderada por Miguel Abuelo), fue absuelto del delito de tenencia simple de estupefacientes. Ese fallo sirvió como base para que ahora los jueces de la Corte despenalizaran la tenencia de pequeñas cantidades.

En aquel año, se condenó a Gustavo Bazterrica a la pena de un año de prisión en suspenso, multa y costas, por considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes. Este pronunciamiento fue confirmado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, y contra ésta se interpuso recurso extraordinario, sosteniendo la inconstitucionalidad del Art. 6 de la ley 20.771 que por reprimir la tenencia de estupefacientes para uso personal se viola el Art. 19 de la Constitución Nacional.

La Corte Suprema hizo lugar al recurso y revocó el fallo de la Cámara, ya que entendió que el Art. 6 de la ley 20.771 era inconstitucional por invadir la esfera de la libertad personal exenta de la valoración de los magistrados.

No basta la sola posibilidad potencial de que una conducta trascienda la esfera privada para incriminarla, sino que es necesaria la existencia en concreto de un peligro para la salud pública. Debe distinguirse entre la ética privada reservada por la Constitución al juicio de Dios, y la ética colectiva referida a bienes o intereses de terceros. Manifiesta que no está probado que la incriminación de la simple tenencia de estupefacientes pueda evitar consecuencias negativas y concretas para el bienestar y la seguridad de la comunidad.

El Dr. Petracchi sostuvo que el adicto al consumo de estupefacientes es un enfermo, y debe ser tratado como tal, planificando sistemas de ayuda y reincorporación a la sociedad.

Aquella formación de la Corte modificó el criterio que la Corte durante la última dictadura había establecido en los casos “Colavini” y “Valerio”, que mantuvo la figura delictiva sobre la tenencia de escasas cantidades de droga para consumo personal.

Cuatro años más tarde, ya durante el Gobierno de Carlos Menem, el tribunal cambió su postura, al señalar que los adictos, con sus acciones, podían influenciar a quienes no lo son.

Si bien ese criterio rigió hasta ahora, lo cierto es que la Cámara Federal porteña y otros tribunales del país consideraban que la tenencia para consumo personal no debía ser considerada delito.

“Estoy feliz por el fallo, pero no lo vivo como un triunfo personal. Sería demasiado ególatra y estúpido si dijera eso. Siento calma porque se hizo justicia. No euforia. En la dictadura me quisieron meter preso un año por tres porros que guardaba en una latita. Me trataron como si fuera un narco y estuve demorado en la comisaría. Por suerte, en la democracia, las cosas se pusieron en su lugar”, dijo Bazterrica a un matutino.