El miedo de viajar en avión

A la actriz Jodie Foster, de 42 años, se la vio mejor que nunca en la premiere de su última película “Flightplan” (Plan de vuelo), un thriller que transcurre en su totalidad dentro de un avión, en una muestra más de que Hollywood empieza a perderle el miedo a hablar de las consecuencias para los norteamericanos de la catástrofe del 11-S.

“Ya nadie se sube en un avión de la misma forma”, dijo la actriz en la presentación de su nueva película donde toda la acción transcurre en un avión. Hizo referencias a los cambios que los ataques terroristas significaron en el campo de la aviación y en la mente de los pasajeros.

A 12.000 metros del suelo, a bordo de un tenebroso E-474, Kyle Pratt (Foster) se enfrentará a la peor pesadilla de cualquier madre: su hija Julia, de seis años, desaparece sin dejar ni huella en medio de un vuelo Berlín-Nueva York.

Kyle, que todavía no se ha recuperado de la inesperada muerte de su marido, intentará desesperadamente demostrar a la incrédula tripulación y a los pasajeros que no está loca y deberá hacer frente a la posibilidad de que realmente haya perdido la cordura. A pesar de que ni Rich (Sean Bean), el capitán del vuelo, ni el oficial Gene Carson (Peter Sarsgaard) quieren dudar de la afligida viuda, todo parece indicar que su hija nunca subió al avión, despertando la paranoia y la duda de los pasajeros y la tripulación del avión.

Desesperadamente sola, Kyle sólo podrá contar con sus convicciones para resolver este misterio y salvar a su hija.

Foster, ganadora de dos Oscar como actriz principal, está contenta con las ofertas de trabajo que le llegan. En el pasado Festival de Toronto, aseguró que le siguen llegando papeles muy interesantes.

"Por suerte nadie me ha contratado hasta ahora por mi apariencia. Nunca encarné a una novia o una esposa. Esta vez interpreto a la madre de la niña, así que puedo tener un par de kilos más en las costillas", afirmó al New York Daily News.

El 11-S ha servido como temática para el cine de Hollywood. Spike Lee habló de una “moratoria autoimpuesta” por los cineastas demasiado impresionados con la tragedia como para tratar el tema. Dentro de esta revisión, el más atrevido, una vez más, va a ser Oliver Stone, un auténtico outsider dentro del panorama cinematográfico estadounidense. Nicolas Cage será el protagonista y la trama estará centrada en dos de los supervivientes rescatados de las Torres Gemelas neoyorquinas.