El otro Escobar: "Me da tristeza ver el incremento de la violencia en el país"

El hijo del legendario narco colombiano Pablo Escobar aseguró siente “tristeza” por el incremento de la violencia en la Argentina y dijo que nunca pensó en seguir los pasos de su padre.

Juan Pablo Escobar, o Sebastián Marroquín, presentó su libro Mi Padre y afirmó que la novela El Patrón del Mal es sólo un “producto” que construyó un personaje alejado de la realidad.

"Yo no puedo renunciar al amor incondicional que siento por mi padre. Pero su vida estuvo llena de contradicciones. Era un hombre que tenía un alma guerrillera y fundó el primer grupo paramilitar de Colombia. Era un hombre que repudiaba el secuestro y después terminó secuestrando personas. La lección más fuerte que recibí en mi vida es la de saber que mi padre no es ni fue inocente", dijo Juan Pablo.

También confesó que no le queda nada de la increíble fortuna de su familia porque los carteles rivales de su padre “quisieron recuperar todo el dinero que habían invertido en la muerte de mi padre; si escondíamos una sola moneda, éramos hombre muerto”.

"Yo llegué allí a vivir a la Argentina hace unos 22 años aproximadamente y me da tristeza ver cómo hemos ido realmente avanzando poco en materia de seguridad. Pero hay una realidad que va mucho más allá de la seguridad y el narcotráfico: el narcotráfico es un excelente negocio gracias a la prohibición, y esto no quiere decir que la legalización sea la única salida, quiere decir que las estrategias que se han planteado desde hace 40 años para combatir este flagelo lo único que han demostrado hasta ahora es que han sido obsoletas y que no han funcionado en absoluto", reflexionó.

Según Juan Pablo, en su libro la gente va a conocer al verdadero Pablo Escobar, "en sus justas dimensiones, no en las exageraciones en las que cae la serie, ni las improvisaciones ni la falta de investigación seria para llevar a cabo esta historia".

Por último, juró que jamas tuvo la idea de seguir sus pasos. "Yo elegí desde siempre ser un hombre de paz, porque no puedo hacer oídos sordos. Porque yo lo vi a él crecer como narcotraficante pero ví cómo la violencia retornaba contra nosotros con mayor ferocidad. Llegamos a vivir momentos en la familia en los que nos estábamos muriendo de hambre, literalmente, no es ninguna exageración, estado rodeados de millones de dólares en efectivo pero sin tener la libertad de salir a comprar comida”, finalizó.