El sexo de Gaby

“En este libro no se hacen referencias a la sexualidad de la Srta. Sabatini. El título es una metáfora. -¿Una metáfora de qué?”

Así comienza el último libro de Vicente Luy, La sexualidad de Gabriela Sabatini. Tal como indica la aclaración, hay referencias a una gran cantidad de temas –deporte, actualidad, política y amor– pero nada sobre Gabriela Sabatini y su sexualidad.

No se trata de un análisis erótico de la tenista sino de un compendio de aforismos dadá. El libro es en realidad una recopilación de poesías corregidas de los cuatro libros de Vicente y unas cuantas inéditas. Quizás por ser desde siempre un “agitador de conciencias”, Vicente Luy nunca se quedó con el rótulo de artista. Y el de poeta, que él mismo usa a modo de presentación, en realidad le queda chico.

“Entre dos tablitas de la persiana de la habitación de la casa que alquilo en Argañaraz y Murguia y San Carlos no cabe un marlo de choclo, pero sí una mirada asesina. / Por eso estoy paranoico”.

O si no:
“Eso es una pollera; eso es una mujer. Una mujer con un cigarrillo en la mano. Tiene las uñas pintadas y toma un té. Parece bonita. No me interesa ninguna otra cosa en el mundo”.

“Yo no soy un artista, soy un poeta. Trabajo en la construcción del ahora, y es muy difícil trabajar sin el otro interviniendo. Yo no hago literatura, me interesa más la transformación del hombre y de sus sociedades. Es una búsqueda de trabajar on line con la gente, intervenir en la gente en tiempo real. Lo mío es un sacerdocio, es el colmo de la pretensión, porque las editoriales me dicen que no y aún así insisto en pensar que esto tiene el valor mínimo como para ser dado a conocer. No es algo rentable y aun así me obstino en hacerlo”, reflexiona.