Mangeri: cuatro testigos dijeron que era acosador

El análisis en Argentina Despierta sobre el único acusado en el crimen de Ángeles Rawson.

Por Canal26

Viernes 20 de Marzo de 2015 - 00:00

Una vecina del edificio donde vivía Ángeles Rawson junto a su familia, reveló en el juicio por el crimen que existieron otros casos de mujeres que supuestamente fueron acosadas sexualmente por el portero Jorge Mangeri y que en una de las víctimas era su empleada doméstica, veinteañera, a quien el imputado le regalaba golosinas.

Con estos dos nuevos casos, Mangeri fue involucrado en un total de cuatro episodios de presunto acoso a mujeres del edificio o de la cuadra, por seis de los testigos que declararon en la séptima jornada del debate.

La testigo que develó los dos nuevos casos, hasta ahora desconocidos en la causa, fue la abogada Mónica Lospinnato, vecina del 5° "A" y miembro del Consejo de Administración del edificio.

A preguntas del abogado querellante Pablo Lanusse, la mujer contó que una vez le llamó la atención que siendo Mangeri un hombre muy atento, vio cómo le cerraba la puerta a la niñera del 7° "B" y que ante esa situación, en una reunión del consejo de administración, le preguntó al empleador de esa mujer, el vecino Pablo Bazán, si había pasado algo.

Según este relato, en esa conversación Bazán -quien ya declaró en el juicio pero no contó nada sobre estos hechos-, le dijo que Mangeri "una vez se le lanzó" a la niñera y que "ella estaba ofendidísima".

Lospinnato aclaró que en ese momento no lo tomaron como un caso de acoso sino "como un intento de conquista".

Agregó que luego, en 2013 y con el crimen de Ángeles en plena etapa de investigación, le preguntó a su empleada, de nombre Zunilda, si alguna vez Mangeri le había dicho algo de tono sexual, a lo que ésta le respondió que sí, pero que "eso no lo convertía en un asesino".

Esa empleada le dijo que cuando empezó a trabajar en su casa, en 2011, cuando tenía unos 20 años, Mangeri la esperaba en la puerta del edificio y le regalaba bombones de la marca "Bon o Bon", aunque con el paso del tiempo esa situación le empezó "a dar miedo".

"En los últimos tiempos, Zunilda lo había notado más 'zarpado' y contó un episodio en el cual Mangeri la siguió por la calle y le preguntó dónde iba a bailar", dijo Lospinnato, quien además recordó que a veces Zunilda le regalaba los "Bon o Bon" a una de sus hijas o "los tiraba a la basura".

"En ningún momento pensamos que podíamos tener un peligro adentro del edificio", afirmó la abogada, quien aclaró que si no declaró esto durante la instrucción fue porque se enteró de ellos con posterioridad.

Luego declaró el marido de la abogada, Gustavo Mortola, quien ratificó lo sucedido entre Mangeri y la empleada que hasta el año pasado trabajó con ellos, aunque aclaró que todo se lo contó a su esposa.

Mangeri, quien pidió no asistir a todas las audiencias y sólo estuvo presente en la sala hasta el testimonio de la abogada, sólo miró al piso; y su esposa, Diana Saettone, le miraba la nuca y se tapaba la boca con una mano sin ninguna otra reacción, mientras escuchaba los supuestos intentos de conquista de su marido.

También declararon Elsa Nieves González (80) y su esposo Ángel Montanari (81), quienes viven en el 2° "B" del edificio desde hace 17 años.

González dijo que tuvo una empleada en su casa, de la cual no recordaba su nombre y que también había sido suplente de Mangeri cuando éste se operó una rodilla, que trabajó durante un tiempo pero que renunció cansada de los supuestos acosos a los que la sometía éste.

"Le dijo a mi esposo que se iba porque había tenido un acoso sexual o una insinuación del señor Mangeri", dijo la testigo, quien aclaró que en ese momento no le dio importancia al hecho, ya que "de ninguna manera pensaba que el encargado pudiera haberlo hecho".

La jubilada afirmó que hasta el crimen de Ángeles su impresión sobre el encargado "era muy buena", pero al final de su testimonio manifestó sentirse "culpable" por "no haber avisado a la administración" sobre la denuncia de su empleada.

Su esposo, Montanari, aseguró que la empleada le dijo que Mangeri le había hecho "sugerencias para tener relaciones de tipo sexual" para lo cual la invitaba al "sótano" del edificio.

Esa mujer nunca pudo ser localizada por los investigadores, por lo que no se obtuvo su testimonio en el marco de la causa.