Menores sorprenden a víctimas con nuevos "ataques pirañas"

nas 50 bandas integradas por menores de edad amenazan, golpean y roban en pocos segundos a sus víctimas, para luego escapar, en una modalidad conocida como "ataques pirañas" que vienen creciendo en el área metropolitana de Buenos Aires.



Los grupos, conformados por unos 20 menores, sorprenden a sus víctimas y arrasan con todo, desde dinero a teléfonos celulares, según publicó este domingo Diario Popular.



El pasado jueves, en pleno centro de la localidad bonaerense de Bernal, una abogada que caminaba junto a su marido y la hija de la pareja fueron sorprendidos por un grupo de chicos, de entre ocho y 16 años, que los amenazaron, golpearon y robaron en pocos segundos, para luego escapar.



El episodio forma parte de una modalidad que viene creciendo, al punto que se calcula que operan en Capital Federal y el Gran Buenos Aires unos 50 grupos con estas características.



El caso en Quilmes fue relatado por un allegado de las víctimas.



"La pasaron realmente mal. Estaban caminando por una zona muy concurrida, sobre la calle Colón, entre Alvear y Mitre. Eran unos veinte chicos, y se les abalanzaron de golpe, todos juntos", señaló en declaraciones a Diario Popular.



Además, detalló: "Les pegaron y fueron robando todo lo que tenían, como celulares, plata y otros objetos que portaban. No les dieron tiempo a nada. Después, cuando se fueron, a los pocos segundos, hicieron lo mismo con otra gente a unos 50 metros".



Semanas atrás, un lector de este matutino reveló que fue testigo directo de un hecho de características similares en el barrio porteño de Liniers, a la altura de la estación ferroviaria, sobre la avenida Rivadavia.



"Unos quince chicos, muy nenes todos, atacaron a un hombre que estaba en la parada de un colectivo. Era un trabajador, con su bolsito. Le sacaron hasta las zapatillas, porque lo tiraron al suelo y lo patearon", contó el hombre.



Fuentes policiales consultadas, de ambos distritos, comentaron que los casos se reiteran de manera esporádica, porque no se trata de grupos muy organizados, sino que se forman casi de forma espontánea y salen a robar por la zona.



Marcelo, un vendedor callejero de la Plaza Miserere contó, también, que en esa zona hay más seguridad, con presencia policial, por lo que se redujeron los robos, sin embargo dijo que cada tanto aparecen "banditas de pibitos, que pegan y roban".