Rod Stewart, por siempre joven: el caballero sexy que reconquistó Bs. As.

La seducción y la magia sobre escena. El cantante hizo delirar a los argentinos con sus nuevas interpretaciones de éxitos del ayer y sus clásicos de siempre como “Da Ya think I’m sexy?” y “Forever young”. Impecable. Ver galería de fotos y videos de la cobertura de “26Noticias” y “Canal 26”. Por Claudia Seta

Había llovido toda la tarde, estaba nublado, ideal para una película y hay una recomendada e imperdible: “

The RodFather”,

próximamente, anticipa un trailer creado especialmente para el show, el que está por desplegar uno de los músicos más grandes del mundo.

Toma 1

.

Rod Stewart

sale a escena vestido de negro, con un saco plateado, bien brilloso. Está impecable y desprolijo, al mismo tiempo, por esa cabellera rubia batida que lo caracteriza. “It's A Heartache” (Es una pena), de Bonnie Tyler, da comienzo a un verdadero espectáculo.

Sonríe a su público, saluda y sigue la fiesta con “Some Guys Have All The Luck”, para demostrar, una vez más que “algunos tipos tienen toda la suerte”. Él la tiene, porque sigue en la cima, sólo que ahora rodeado de músicos jóvenes y mujeres... ya que en el escenario lo acompañan tres esculturales coristas morenas, una sexy saxofonista rubia, y dos bellas guitarristas. Las damas son su debilidad.

La fiesta no para. “This Old Heart Of Mine”, de los Isley Brothers, y “Tonight's the Night” de Neil Young son coreados por su público encantado con su magia. Es verdad, esta noche es la noche. Una bandera celeste y blanca se ve en pantalla. Es el agradecimiento del artista con sangre escocesa a los argentinos, que saben apreciar su talento en un incansable aplauso.

Se cambia el vestuario. Ahora luce de negro con una corbata roja. La lista de canciones del músico presenta en su mayoría temas de otros artistas, una especie de homenaje que ha hecho en sus últimos trabajos discográficos. “Downtown Train”, de Tom Waits, que a esta altura ya es como de su autoría; “First cut is the deepest”, de Cat Stevens, mientras en la pantalla se dibuja un caricaturesco Rod con un corazón roto por ese primer amor perdido y “Have I told you lately that I love you”, de Eddie Cochran, un verdadero canto al amor. En su voz ronca suenan perfecto, la gente acompaña con un coro de un estadio de fútbol.

“Rhythm Of My Heart”, “Having a Party”, sigue en el repertorio hasta que llega “Infatuation”, uno de sus clásicos que hacen mover al público como si estuviera en una disco, escuchando buena música. Todo es perfecto, Stewart sabe que tiene músicos perfeccionistas a su lado y los presenta para que reciban el calor porteño.

Minutos después, es tiempo de homenajes. Imágenes de su padre y su hijo se ven en la gigantesca pantalla mientras canta “Father & son”, otro de Cat Stevens. Luego el delirio total cuando suenan los primeros acordes de “Have you ever seen the rain”, de Creedence. Otra vez se oyen los cánticos de cancha, es que más allá de ser el estadio de Vélez, el fútbol siempre está presente en cada show de Rod.

Toma 2.

Tras un breve descanso, es tiempo de rock. Vestido de negro con campera de cuero haciendo juego sale a rockear para su público de todas las edades, mayoría de adultos que siguieron la carrera del rubio desde sus inicios. Él, a los 63, está impecable. Baila al ritmo de “Sweet Little Rock 'n' Roller”, mientras mueve una pierna y contonea las caderas.

En la romántica “I don't wanna talk about it” vuelve a homenajear al fútbol. Fanático del Celtic, tanto, que sobre el escenario está dibujado el escudo del equipo escocés y se ve en pantalla bien grande. Luego lanzará pelotas de cuero, las que había pedido especialmente para regalar a los espectadores.

Corren los minutos tan rápido, casi imperceptibles. Es un verdadero showman que sabe entretener y divertir a todos. Siempre de negro, pero esta vez con una saco roja brilloso. Entonces llegan los clásicos de siempre. “Forever young” y “Twisting the Night Away". Una de sus morenas coristas se luce haciendo la versión que Tina Turner hiciera sobre “Proud Mary”, de Creedence. Se lleva todos los aplausos y el guiño de Stewart.

No faltan “You are my heart”, una hermosa y romántica balada, el rock de “Hot Legs”, donde demuestra por qué es tan seductor y “Maggie May” y “Sailing”, dos de sus canciones inolvidables, las preferidas de sus repertorios. Saluda a la gente, carisma le sobra y el show, o la película, parecen terminar. Pero en todo film hay un desenlace inesperado, aunque en este caso se sabe que falta una canción.

Toma 3: el final

. Los acordes son percibidos por unos pocos porque sus clásicos suenan muy modernos gracias a los músicos que están a su lado, perfectos, como cuando comenzó el show. Es tiempo de baile y de otro coro eufórico para “Da ya think I’m sexy?”. Claro que lo es, es el rubio más sexy desde que le preguntó hace más de tres décadas. Y en lo demuestra sobre el escenario cuando las tres diosas que hicieron segundas voces durante toda la noche lo miran, lo acarician, lo ven seducirlas con ese encanto de conquistador que no perdió ni un poquito. Se agacha, mueve sus caderas y hasta se anima a contonear su parte trasera ante la mirada del público, los gritos de las damas y las sonrisas de los hombres.

Es un caballero, pero no deja de ser un seductor empedernido con esas encantadoras formas de moverse, mirar y sonreír, con las que enamoró a muchas mujeres. Agradece cada aplauso y ovación en su noche de reconquista de los argentinos, demostrando como dice su canción que será

por siempre joven.