Sexsomnia, el sonambulismo del sexo

La sexomnia –sleep sex en inglés– es un trastorno del sueño que se caracteriza por la aparición de conductas sexuales durante la fase del sueño profundo.

Esta alteración del sueño consiste en practicar sexo mientras se esta dormido. Lo curioso es que, al despertar, el sujeto permanece en un estado de amnesia sin recordar lo ocurrido.

Es algo parecido al sonambulismo, quienes se levantan de la cama, caminan, hablan, o realizan otro tipo de acciones durante el sueño, y tampoco son conscientes de sus actos.

Si bien la sexomnia es muy poco frecuente, es real, y muchos de los afectados no llegan a consultar por vergüenza o temor a ser juzgados, o porque no entienden que es un problema médico. Los expertos creen que solo el 2% de la población adulta sufre de parasomnia.

Síntomas de sexomnia
A la sexomnia se la ha reconocido como un trastorno del sueño hace más de diez años. Normalmente es detectada por la pareja del afectado, o los que conviven con él, cuando observan sus síntomas característicos:

Masturbación
Gemidos
Abordar a la pareja para mantener una relación sexual, generalmente de forma agresiva.
Las características que presenta el individuo durante el sonambulismo sexual son:
Tener expresión extraña.
Poder pasearse con movimientos flácidos, con los ojos entreabiertos y mirada inexpresiva o bien, con los ojos cerrados.
Ser capaces de ejecutar acciones simples como sentarse, hablar o buscar algún objeto, y otras más elaboradas, entre ellas salir de la recámara o a la calle, ducharse, subir y bajar escaleras e incluso, tener actividad sexual.
Parecer que no escuchan cuando se les habla.
Realizar movimientos con cierta torpeza.
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Diagnostico de sexomnia
Para diagnosticar al paciente, luego de una entrevista con el experto, se le realiza una Polisomnografía, que es una prueba para diagnosticar trastornos del sueño, la cual registra la actividad cerebral y los movimientos oculares del paciente dormido.

En la actualidad se desconocen las causas de la sexomnia, aunque los estudios indican que es más frecuente en varones, y especialmente en aquellos con antecedentes de terrores nocturnos o sonambulismo durante la infancia y adolescencia. El trastorno puede ser tratado con fármacos y con terapia psicológica, siempre bajo la supervisión de un especialista, pero los resultados varían mucho de un paciente a otro.