Un multimillonario poco común: no tiene casa, ni auto, solo un jet privado y peluches
El multimillonario Nicolas Berggruen detesta arrastrar equipaje, sea físico o emocional. A lo largo de décadas, ha amasado una fortuna de US$2.200 millones adueñándose de hoteles y participaciones en compañías como la cadena alemana de tiendas por departamentos Karstadt y el conglomerado de medios español Prisa. Pero en el proceso, se ha esforzado por desprenderse de pinturas, inmuebles y otras propiedades que suelen mantener ocupados a los ricos. Incluso las posesiones comunes que hacen que otras personas se sientan "humanas", dice, no tienen espacio en su vida. A los 50 años, Berggruen no tiene casa, auto o siquiera un reloj de pulsera. Nunca se ha casado ni tiene hijos. Es un trotamundos que vive en hoteles.
En un caluroso sábado reciente, su hogar era el Hotel Cipriani, en Venecia.
Sentado al borde de una silla, Berggruen no deja de mover las rodillas de arriba abajo mientras habla. Europa, el hogar de su infancia, está atrapada en una espiral de muerte. Por más de un año, los líderes europeos han estado yendo y viniendo a cumbres de emergencia, acordando soluciones a medias tintas que no han logrado apagar las llamas de la crisis de deuda soberana de la zona euro. Lo que Europa necesita ahora, dice Berggruen, es un liderazgo resuelto.
"Es como una mala historieta", dice. "Todos estos líderes quieren salir de vacaciones y —¡oh, no!— son arrastrados nuevamente a sus oficinas y deben reunirse en lugares terribles como Fráncfort o Bruselas. Acuerdan algo, sonríen, se estrechan las manos y vuelven a casa. Una semana después, una nueva crisis".
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La pugna perpetua, señala Berggruen, se ha convertido en una aflicción común en las democracias occidentales. Las autoridades electas ya no tienen suficiente margen de libertad para emprender políticas efectivas, porque están ceñidas por ciclos noticiosos de 24 horas, mercados financieros oscilantes y electorados cada vez más populistas. La primera medida para restaurar la cordura, cree Berggruen, es revivir la sala saturada de humo de cigarrillos, un lugar donde figuras "eminentes" pueden reunirse a puertas cerradas y rediseñar con calma el gobierno. Hasta ahora, el magnate ha volcado decenas de millones de dólares en un comité —compuesto de ex secretarios de Estado, ex gobernadores y líderes empresariales de Estados Unidos— para revivir el estado de California. Un segundo grupo de premios Nobel y ex primeros ministros europeos se dispone a evaluar la crisis de su continente en los próximos meses.
"Parece una locura. Pero en tiempos de crisis real —si las personas son buenos ciudadanos— se sentarán y trabajarán juntos", dice. (Fuente: The Wall Street Journal)