La otra “casita” de Tucumán: la habitó Manuel Belgrano y permitió conocer detalles desconocidos del creador de la bandera

Si pensamos en una casa famosa de Tucumán, el primer pensamiento es aquella vivienda donde se firmó la declaración de la independencia en 1816. Pero en tiempos de revolución, esta provincia fue hogar para muchas figuras trascendentales en la historia argentina como Manuel Belgrano. El creador de la bandera la adoptó como su segunda casa e incluso soñó con terminar sus días allí.
Qué guarda esa casa de paredes blancas y techo de paja que recrea a la original, aquella donde el prócer descansó y siguió de cerca los acontecimientos que llevaron a la formación de un país.

Belgrano, un tucumano más
Ubicado en la avenida Bernabé Aráoz al 600, es una recreación del hogar que Belgrano ocupó durante casi cuatro años. Se trata de la única propiedad que adquirió en vida y en la que más tiempo permaneció luego de Buenos Aires. Una propuesta del Instituto Belgraniano permitió su reconstrucción para que sea inaugurada el 27 de septiembre de 2012, en coincidencia con los 200 años de la Batalla de Tucumán. Además, hay una colección de objetos vinculados a él.

Primero Belgrano llegó en 1812, alojándose en la iglesia “San Francisco”. Regresó en 1814 tras entregar el mando del Ejército al general José de San Martín y volvería en 1816, para participar de la sesión secreta del 6 de julio, días antes de la declaración de la Independencia.
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Decide así quedarse en Tucumán desde 1816 hasta febrero de 1820. La casa original que habitó estuvo emplazada en una plaza a unos 10 metros del lugar que ocupa su réplica. La recreación fue posible gracias a una descripción histórica de la época que relata que era de adobe, pintada de blanco, con techos de paja y 5 ambientes.

Una vida austera
Se sabe que la casa era muy humilde. El comedor tenía una mesa de madera muy sencilla, con dos sillas de paja y el prócer dormía en un catre. Él deseaba quedarse en Tucumán, pero su pésimo estado de salud y la sublevación de 1819, donde fue tomado prisionero, se lo impidieron. Al volver a Buenos Aires solicitó un dinero que se le debía para poder viajar y se lo niegan, fue un comerciante tucumano el que lo ayudó a costear su último viaje.
Para 1834 ya no había rastros del que fue el hogar de Belgrano.

El otro Belgrano
La actual exhibición busca reflejar la importancia del creador de la bandera en la historia, como billetes con su rostro, también están las estampillas adoptadas por el Correo Argentino e incluso un jarrón en su honor por los 100 años de la Revolución de Mayo.
A eso sumarle una réplica del sable que el gobierno le entregó luego de su victoria en Tucumán y las lanzas usadas por los gauchos durante la Batalla de Tucumán. Se recrea incluso su habitación con un catre de campaña, el cual utilizaba muy poco porque apenas dormía al permanecer mucho tiempo en vigilia.

Los hijos del prócer
La “historia oficial” nos han enseñado que Belgrano murió soltero y sin hijos, lo cierto es que reconoció a dos hijos que tuvo de manera natural: Pedro Pablo y Manuela Mónica.
Pedro Pablo era hijo de Belgrano y María Josefa Ezcurra, cuñada de Juan Manuel de Rosas, nacido el 29 de julio de 1813. Por ser hijo extramatrimonial, Josefa nunca se había separado de su primer marido, fue anotado y criado como hijo del Restaurador de las Leyes y Encarnación Ezcurra. Recién a los 20 años se enteró de su origen. Murió el 26 de septiembre de 1863 y logrando mantener una relación de afecto con su media hermana.

Manuela Mónica nación el 4 de mayo de 1819, hija del creador de la bandera y María de los Dolores Helguero Liendo. Un poco más de un año después de su nacimiento su padre murió, pero no se olvidó de ella ya que en su testamento le pidió a su hermano, Domingo Estanislao que “secretamente, pagadas todas sus deudas, aplicase el remanente de sus bienes a favor de una hija natural llamada Manuela Mónica que de poco más de un año había dejado en Tucumán”. Fue criada por su tía en Buenos Aires, allí conoció a su hermano Pedro Pablo y donde formó una familia hasta su muerte el 5 de febrero de 1866.